miércoles, 16 de marzo de 2016

PERDONAR LAS INJURIAS


Pedrito está cursando el quinto grado de primaria. Es un niño muy dedicado, y aunque no logra sacar siempre las mejores calificaciones, procura corresponder al esfuerzo que sus padres hacen para sostener sus estudios...

Un día, al llegar al salón, la directora les dijo que su maestra había sufrido un pequeño incidente: una de las llantas de su coche se había ponchado, y tardaría un poco en llegar. La señorita pidió que guardaran silencio y esperaran a su maestra, repasando las lecciones anteriores...

Pedrito, siempre tan obediente, sacó sus libros y se disponía a estudiar, cuando sintió que algo golpeaba su cabecita por detrás... Volteó un poco extrañado, pero nada... Intentó concentrarse, pero de nuevo sintió algo sobre su cabeza... Escuchó algunas risitas entre sus compañeros, pero no quiso darle mayor importancia al asunto, así que decidió fijar los ojos en su libro de texto... Por tercera vez sintió una hoja de papel sobre la nuca, y de nuevo escuchó las risas de sus compañeros, pero él prefirió juntar todas las bolitas de papel y llevarlas hasta el sesto de basura.

Al poco tiempo llegó la maestra, y después de disculparse con el grupo, comenzó la sesión, como de costumbre...

Cuando dieron el toque de recreo, todos salieron al patio, y una de sus compañeras se acercó para preguntarle por qué no se había defendido de aquellas agresiones injustas.

Pedrito, con gran calma, contestó a su compañerita: La vida es un regalo maravilloso que Dios nos da, y hay que aprovecharla. Yo vengo a la escuela para estudiar, y quiero aprender todo lo que pueda... no me gustaría perder el tiempo en discusiones inútiles... ¡Todo está bien!

Juanita (así se llamaba su compañerita), fue con los niños que habían querido fastidiar a Pedrito, y les contó todo...

Sintiéndose un poquito mal, aquellos pícaros decidieron pedirle perdón a su compañerito: Eres muy bueno - le dijeron -, ¡Perdónanos!

Pedrito les dijo que Dios a todos nos perdona... ¡También nosotros debemos perdonar!

Así, en aquel día, todos aprendieron algo más que matemáticas...

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