miércoles, 27 de diciembre de 2017

NAVIDAD EN LA POBREZA ( CUENTO )


Es Navidad, y me gusta pensar que Dios mismo, al hacerse hombre, quiso venir en medio de penurias y dificultades, y pasando mil necesidades...

¡Tengo mucho frío! Aquí, hace bastante... de por sí, el invierno suele traer los vientos más que helados... ahora, imagina dormir en la calle y sin contar con una sola prenda "extra" que te sirva de abrigo...

Para los "hijos de la miseria" el Sol es nuestra cobija... pero cuando se hace de noche, sabemos que el calor no nos llegará por usar ropa térmica... habrá que imaginarlo por dentro, y percibirlo de otra manera...

Es verdad... nosotros no podemos celebrar el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo como lo hacen las demás personas de la gran ciudad: Ni siquiera tenemos una casa, por eso no debemos preocuparnos por adornarla con lucecillas o con escarchas, ni por colocar árboles, ni por armar nacimientos... no tenemos dinero, así que no compramos regalos... comemos lo que podemos, no nos preocupamos por aderezar nuestras mesas con pavos, romeritos, bacalaos, piernas mechadas, camarones, ni nada como eso...  en la banqueta en que dormimos no hay conexiones de luz eléctrica, así que aquí no sonarán jamás los villancicos pregrabados... no tenemos nada de qué presumir, así que somos muy derechos y no tenemos el compromiso de quedar bien con nadie...

Pero es Navidad, y ninguna de las cosas arriba mencionadas nos impedirá festejar al Dios encarnado:

Aquí cantaremos al son de los grillos y nos marcarán el compás la bruma y el viento... nos reuniremos todos en torno a una pequeña fogata de basura, y sin pensar en quién merece más o en quién merece menos, compartiremos lo que pudimos conseguir durante la jornada y cenaremos... nos regalaremos una sonrisa y un fuerte y sincero abrazo... para variar, la Luna y las estrellas adornarán siempre el techo de nuestro hogar, así que nada nos faltará...

Por supuesto que las tripas siempre se quedan con las ganas de un mendrugo más... claro que nos gustaría estar sentaditos en un sofá y recibir a Jesús en un lugar más cómodo... a veces, ciertamente, soñamos con dormir en una camita limpia y con tener calefacción artificial... pero Cristo no tuvo nada de eso... incluso, su vida fue mucho más parecida a la nuestra que a la de cualquiera de esas personas que se sienten privilegiadas contando con los lujos de la burguesía...

Los Peregrinos de Belén encontraron un lugar apropiado para que llegara el Salvador del mundo: Un portal y un pesebre... 

¡Bendito seas, Oh Dios, que quisiste hacerte pobre entre los pobres! En los arrabales y en las periferias sí que te entendemos, Señor... Ven, llénanos de tu Amor...


viernes, 15 de diciembre de 2017

POSADAS


Las posadas son fiestas populares que en México se celebran durante los nueve días anteriores a la Navidad; es decir, del 16 al 24 de diciembre. Estas fiestas recuerdan el peregrinaje de la Virgen María y el Señor San José, desde su salida de Nazaret, hasta Belén, donde buscaban un lugar dónde alojarse para esperar el nacimiento de Jesús.

En el México prehispánico, nuestros antepasados celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal (llamada “Panquetzaliztli”), entre los días 17 al 26 de diciembre, que coincidía con la época en que los europeos celebraban la Navidad. Estas celebraciones fueron cambiando una vez que el pueblo fue evangelizado y la imagen de Huitzilopochtli fue superada, junto al paganismo hasta entonces celebrado, por el cristianismo.

Amenizadas con cánticos (los "villancicos"), las posadas reaniman el espíritu religioso de los participantes, están llenas de emoción, alegría y amistad que siempre se respira durante este tiempo.

Las posadas tradicionales tienen ligeras variantes, de acuerdo al lugar en donde se celebran, y han ido cambiando con el tiempo, sin embargo los aspectos comunes más importantes son:

- Rezar el Santo rosario.
- Pedir posada, con los versos tradicionales.
- Romper piñatas.
- Nunca deben faltar los aguinaldos (bolos), el ponche, las velas, las frutas, las luces de bengala y, en algunas ocasiones, la cena y los regalos.

En varias poblaciones las posadas se celebran en las calles, las cuales previamente se adornan con hilos de heno, faroles multicolores, luces de “series”, etc. En otras muchas poblaciones se sustituyen los tradicionales peregrinos de barro por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes.

No existe templo, parroquia o capilla, por pequeña que sea, que durante el período del 16 de diciembre al 6 de enero, que no levante nacimientos, en ocasiones con verdaderas joyas escultóricas, o figuras de barro realizadas en Tonalá o Tlaquepaque, y celebren las posadas con cantos religiosos, panderos, bastones con cascabeles, etc., para crear mayor alegría en los participantes.

A la hora de pedir posada, la tradición nos dice que José y María tuvieron que ir de puerta en puerta pidiendo alojamiento… este hecho podría no ser muy relevante, ya que es muy probable que no hayan sido los únicos peregrinos que no encontraban lugar para pasar la noche, pero el caso de José y María es muy especial, ya que María se encontraba embarazada y a punto de dar a luz.

Para representar este acontecimiento, dos voluntarios se pueden vestir como José y María, o pueden utilizar figuras de los peregrinos de las que se colocan en los nacimientos.

Los peregrinos, acompañados por un grupo de invitados, salen de la casa y “piden posada” en la puerta, entonando los versos asignados. Las personas que se quedaron en el interior de la casa deben negarla, obligando a los peregrinos a pedirla dos o tres veces, hasta darles hospedaje, con tradicionales cantos (que hasta cierto punto contradicen el texto sagrado, pero que despiertan una verdadera piedad popular).

Finalmente, aclaremos que los nueve días tradicionales de posadas se realizan en honor a los nueve meses de embarazo que vivió María, esperando a Jesús.

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Estas fiestas cristianas se tomaron, inicialmente, del paganismo. Los misioneros se esforzaron mucho por inculturar el Evangelio, y cristianizar los elementos rescatables de la mentalidad precolonial de nuestros antepasados…

Lamentablemente, estas fiestas, hoy cristianas, parece que nos esforzamos por paganizarlas: En muchas partes se argumenta “Posada”, encubriendo una verdadera fiesta, donde el alcohol, las comidas, la música y el desenfreno ocupan un lugar evidente.

No está mal alegrarse por la venida de Nuestro Señor Jesucristo. Tampoco es malo participar en estas fiestas que, bien celebradas, pueden y deben unir a los miembros de la familia, de la colonia, o de la parroquia que las vive…

Rescatemos el auténtico sentido de las Posadas: El deseo auténtico de que Jesús nazca en nuestro corazón, ofreciéndole lo poco que somos y tenemos.


miércoles, 6 de diciembre de 2017

SAN NICOLÁS


El día de hoy, 6 de diciembre, celebramos a San Nicolás de Bari, Patrono de Rusia, Grecia y Turquía.

Su nombre significa “protector y defensor de los pueblos”. En la antigüedad fue un santo muy venerado, la Iglesia le ha consagrado en el mundo más de dos mil templos.

Fue Obispo de Mira (actual Turquía), y San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, escribió en su honor, hacia el año 875, su biografía.

Siempre se caracterizó por ser un hombre caritativo. Su tío, que era Obispo, lo consagró como sacerdote, pero al quedar huérfano, Nicolás repartió todos sus bienes entre los pobres, luego, ingresó a un monasterio viviendo austeramente.

Cuenta la tradición que en una ocasión, estando reunidos en un templo de Mira tanto el clero como los fieles para discernir quién podría ser el nuevo Obispo de la región (porque el anterior había muerto), al no poder llegar a un acuerdo común, decidieron elegir al primer sacerdote que ingresara… Nicolás, sin saber nada de lo que ocurría adentro, entró a ese templo con la intención de orar. Entonces, todos lo aclamaron y lo consagraron Obispo. La elección fue muy feliz, y los lugareños vieron en este hecho la mano siempre benévola de Dios.

Murió el 6 de diciembre del año 345. Por ser tan amigo de los niños, cada vez que se recuerda su memoria suelen repartirse dulces a los “reyes del hogar”. Su nombre, en alemán es “Nikolaus”, de aquí proviene el famoso “Santa Claus”…

Estemos muy atentos para no caer sólo en la mercadotecnia, y que cada vez que contemplemos a un anciano gordito y bonachón, vestido de rojo, negro y blanco, con una enorme barba, usando un gorro característico, y a bordo de un trineo con renos, nunca nos olvidemos que lo que nos enseñó realmente este Santo es aprender a ser generosos… porque “siempre hay más alegría en dar, que en recibir” (Hch 20, 35).