miércoles, 27 de diciembre de 2017

NAVIDAD EN LA POBREZA ( CUENTO )


Es Navidad, y me gusta pensar que Dios mismo, al hacerse hombre, quiso venir en medio de penurias y dificultades, y pasando mil necesidades...

¡Tengo mucho frío! Aquí, hace bastante... de por sí, el invierno suele traer los vientos más que helados... ahora, imagina dormir en la calle y sin contar con una sola prenda "extra" que te sirva de abrigo...

Para los "hijos de la miseria" el Sol es nuestra cobija... pero cuando se hace de noche, sabemos que el calor no nos llegará por usar ropa térmica... habrá que imaginarlo por dentro, y percibirlo de otra manera...

Es verdad... nosotros no podemos celebrar el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo como lo hacen las demás personas de la gran ciudad: Ni siquiera tenemos una casa, por eso no debemos preocuparnos por adornarla con lucecillas o con escarchas, ni por colocar árboles, ni por armar nacimientos... no tenemos dinero, así que no compramos regalos... comemos lo que podemos, no nos preocupamos por aderezar nuestras mesas con pavos, romeritos, bacalaos, piernas mechadas, camarones, ni nada como eso...  en la banqueta en que dormimos no hay conexiones de luz eléctrica, así que aquí no sonarán jamás los villancicos pregrabados... no tenemos nada de qué presumir, así que somos muy derechos y no tenemos el compromiso de quedar bien con nadie...

Pero es Navidad, y ninguna de las cosas arriba mencionadas nos impedirá festejar al Dios encarnado:

Aquí cantaremos al son de los grillos y nos marcarán el compás la bruma y el viento... nos reuniremos todos en torno a una pequeña fogata de basura, y sin pensar en quién merece más o en quién merece menos, compartiremos lo que pudimos conseguir durante la jornada y cenaremos... nos regalaremos una sonrisa y un fuerte y sincero abrazo... para variar, la Luna y las estrellas adornarán siempre el techo de nuestro hogar, así que nada nos faltará...

Por supuesto que las tripas siempre se quedan con las ganas de un mendrugo más... claro que nos gustaría estar sentaditos en un sofá y recibir a Jesús en un lugar más cómodo... a veces, ciertamente, soñamos con dormir en una camita limpia y con tener calefacción artificial... pero Cristo no tuvo nada de eso... incluso, su vida fue mucho más parecida a la nuestra que a la de cualquiera de esas personas que se sienten privilegiadas contando con los lujos de la burguesía...

Los Peregrinos de Belén encontraron un lugar apropiado para que llegara el Salvador del mundo: Un portal y un pesebre... 

¡Bendito seas, Oh Dios, que quisiste hacerte pobre entre los pobres! En los arrabales y en las periferias sí que te entendemos, Señor... Ven, llénanos de tu Amor...


viernes, 15 de diciembre de 2017

POSADAS


Las posadas son fiestas populares que en México se celebran durante los nueve días anteriores a la Navidad; es decir, del 16 al 24 de diciembre. Estas fiestas recuerdan el peregrinaje de la Virgen María y el Señor San José, desde su salida de Nazaret, hasta Belén, donde buscaban un lugar dónde alojarse para esperar el nacimiento de Jesús.

En el México prehispánico, nuestros antepasados celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal (llamada “Panquetzaliztli”), entre los días 17 al 26 de diciembre, que coincidía con la época en que los europeos celebraban la Navidad. Estas celebraciones fueron cambiando una vez que el pueblo fue evangelizado y la imagen de Huitzilopochtli fue superada, junto al paganismo hasta entonces celebrado, por el cristianismo.

Amenizadas con cánticos (los "villancicos"), las posadas reaniman el espíritu religioso de los participantes, están llenas de emoción, alegría y amistad que siempre se respira durante este tiempo.

Las posadas tradicionales tienen ligeras variantes, de acuerdo al lugar en donde se celebran, y han ido cambiando con el tiempo, sin embargo los aspectos comunes más importantes son:

- Rezar el Santo rosario.
- Pedir posada, con los versos tradicionales.
- Romper piñatas.
- Nunca deben faltar los aguinaldos (bolos), el ponche, las velas, las frutas, las luces de bengala y, en algunas ocasiones, la cena y los regalos.

En varias poblaciones las posadas se celebran en las calles, las cuales previamente se adornan con hilos de heno, faroles multicolores, luces de “series”, etc. En otras muchas poblaciones se sustituyen los tradicionales peregrinos de barro por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes.

No existe templo, parroquia o capilla, por pequeña que sea, que durante el período del 16 de diciembre al 6 de enero, que no levante nacimientos, en ocasiones con verdaderas joyas escultóricas, o figuras de barro realizadas en Tonalá o Tlaquepaque, y celebren las posadas con cantos religiosos, panderos, bastones con cascabeles, etc., para crear mayor alegría en los participantes.

A la hora de pedir posada, la tradición nos dice que José y María tuvieron que ir de puerta en puerta pidiendo alojamiento… este hecho podría no ser muy relevante, ya que es muy probable que no hayan sido los únicos peregrinos que no encontraban lugar para pasar la noche, pero el caso de José y María es muy especial, ya que María se encontraba embarazada y a punto de dar a luz.

Para representar este acontecimiento, dos voluntarios se pueden vestir como José y María, o pueden utilizar figuras de los peregrinos de las que se colocan en los nacimientos.

Los peregrinos, acompañados por un grupo de invitados, salen de la casa y “piden posada” en la puerta, entonando los versos asignados. Las personas que se quedaron en el interior de la casa deben negarla, obligando a los peregrinos a pedirla dos o tres veces, hasta darles hospedaje, con tradicionales cantos (que hasta cierto punto contradicen el texto sagrado, pero que despiertan una verdadera piedad popular).

Finalmente, aclaremos que los nueve días tradicionales de posadas se realizan en honor a los nueve meses de embarazo que vivió María, esperando a Jesús.

* * * * * * *

Estas fiestas cristianas se tomaron, inicialmente, del paganismo. Los misioneros se esforzaron mucho por inculturar el Evangelio, y cristianizar los elementos rescatables de la mentalidad precolonial de nuestros antepasados…

Lamentablemente, estas fiestas, hoy cristianas, parece que nos esforzamos por paganizarlas: En muchas partes se argumenta “Posada”, encubriendo una verdadera fiesta, donde el alcohol, las comidas, la música y el desenfreno ocupan un lugar evidente.

No está mal alegrarse por la venida de Nuestro Señor Jesucristo. Tampoco es malo participar en estas fiestas que, bien celebradas, pueden y deben unir a los miembros de la familia, de la colonia, o de la parroquia que las vive…

Rescatemos el auténtico sentido de las Posadas: El deseo auténtico de que Jesús nazca en nuestro corazón, ofreciéndole lo poco que somos y tenemos.


miércoles, 6 de diciembre de 2017

SAN NICOLÁS


El día de hoy, 6 de diciembre, celebramos a San Nicolás de Bari, Patrono de Rusia, Grecia y Turquía.

Su nombre significa “protector y defensor de los pueblos”. En la antigüedad fue un santo muy venerado, la Iglesia le ha consagrado en el mundo más de dos mil templos.

Fue Obispo de Mira (actual Turquía), y San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, escribió en su honor, hacia el año 875, su biografía.

Siempre se caracterizó por ser un hombre caritativo. Su tío, que era Obispo, lo consagró como sacerdote, pero al quedar huérfano, Nicolás repartió todos sus bienes entre los pobres, luego, ingresó a un monasterio viviendo austeramente.

Cuenta la tradición que en una ocasión, estando reunidos en un templo de Mira tanto el clero como los fieles para discernir quién podría ser el nuevo Obispo de la región (porque el anterior había muerto), al no poder llegar a un acuerdo común, decidieron elegir al primer sacerdote que ingresara… Nicolás, sin saber nada de lo que ocurría adentro, entró a ese templo con la intención de orar. Entonces, todos lo aclamaron y lo consagraron Obispo. La elección fue muy feliz, y los lugareños vieron en este hecho la mano siempre benévola de Dios.

Murió el 6 de diciembre del año 345. Por ser tan amigo de los niños, cada vez que se recuerda su memoria suelen repartirse dulces a los “reyes del hogar”. Su nombre, en alemán es “Nikolaus”, de aquí proviene el famoso “Santa Claus”…

Estemos muy atentos para no caer sólo en la mercadotecnia, y que cada vez que contemplemos a un anciano gordito y bonachón, vestido de rojo, negro y blanco, con una enorme barba, usando un gorro característico, y a bordo de un trineo con renos, nunca nos olvidemos que lo que nos enseñó realmente este Santo es aprender a ser generosos… porque “siempre hay más alegría en dar, que en recibir” (Hch 20, 35).

martes, 28 de noviembre de 2017

ADVIENTO


La palabra “Adviento” (del latín "adventus"), significa: Venida, advenimiento. Proviene del verbo «venir». Entre los pueblos paganos (no cristianos), esta palabra solía utilizarse para indicar el advenimiento de la divinidad: Su venida periódica, y su presencia representativa en el recinto sagrado del templo. En este sentido, la palabra "adventus" podría significar «retorno», y también «aniversario».

En el lenguaje cristiano primitivo, con la expresión "adventus" se hacía referencia a la última venida del Señor, a su vuelta gloriosa y definitiva. Pero en seguida, al aparecer las fiestas de la Navidad y Epifanía (manifestación del Señor a todos los pueblos), "adventus" sirvió para significar la venida del Señor en la humildad de nuestra carne.

De este modo, la venida del Señor en Belén y su última venida (en la parusía) se contemplan dentro de una visión unitaria, no como dos venidas distintas, sino como una sola y única, desdoblada en etapas distintas.

Aun cuando la expresión haga referencia directa a la venida del Señor, con la palabra "adventus" la liturgia se refiere a un tiempo de preparación que precede a las solemnidades de Navidad y Epifanía.

1. El Adviento en la Historia

La historia del tiempo litúrgico del Adviento es sencilla: Parece fuera de discusión su origen occidental. A medida que las fiestas de Navidad y Epifanía iban cobrando en el marco del año litúrgico una mayor relevancia, en esa misma medida fue configurándose como una necesidad imprescindible la existencia de un breve periodo de preparación que representara, al mismo tiempo, la larga espera que entre los judíos representaba la espera del Mesías prometido.

A pesar de las evidentes afinidades que hay entre la Cuaresma (preparación a la Pascua) y el Adviento (preparación a la Navidad), sería un gran error interpretar ambos períodos de tiempo con el mismo patrón. Es cierto, en ambos casos se trata de un período de preparación, pero en el Adviento la práctica penitencial del ayuno no tuvo jamás la relevancia que tenía en la Cuaresma. Adviento, más bien, se consideraba como un tiempo consagrado a una vida cristiana más intensa y más consciente, con una asistencia más asidua a las celebraciones litúrgicas que ofrecían un marco adecuado a la piedad cristiana.

La institución del Adviento no aparece en Roma sino hasta mediados del siglo VI d.C. Los primeros testimonios los encontramos en los libros litúrgicos: Precisamente en el Sacramentario gelasiano. En una primera fase, el adviento romano incluía seis domingos. Posteriormente, a partir de san Gregorio Magno, quedará reducido a cuatro, y así ha llegado hasta nosotros hoy.

Originariamente, el Adviento romano aparece solo como una preparación a la fiesta de Navidad; en ese sentido se expresan los textos litúrgicos más antiguos. Sin embargo, a partir del siglo VII d.C., al convertirse la Navidad en una fiesta más importante, en aparente competencia incluso con la Pascua, el Adviento adquirirá una dimensión y un enfoque nuevos. Más que un período de preparación, polarizado en el acontecimiento natalicio, el Adviento se perfilará como un «tiempo de espera», como una celebración solemne de la esperanza cristiana, abierta hacia el adventusúltimo y definitivo del Señor al final de los tiempos.

Así, el adviento que hoy celebra la Iglesia mantiene esta doble perspectiva: Preparación a la Navidad – Espera gozosa de la Segunda Venida de Nuestro Señor.

2. Modelos de espera

Durante el Adviento, la Iglesia pone en nuestros labios las palabras ardientes y los gritos de ansiedad de los grandes personajes que a lo largo de la historia santa han protagonizado más intensamente la esperanza.

Claro que no se trata de remedar artificialmente la actitud interior de estos hombres, como quien representara un personaje en una obra de teatro…

Es verdad, la salvación mesiánica no es, todavía, una realidad plena. Por ello, estos grandes hombres y mujeres siguen siendo como los portavoces en cuyos gritos de ansiedad se encarna todo el ardor de la esperanza humana.

El primero de estos protagonistas es Isaías. Nadie mejor que él ha encarnado tan al vivo el ansia impaciente del mesianismo veterotestamentario (del Antiguo Testamento) a la espera del rey mesías (Ver Is 7: El libro del Emmanuel).

Después, Juan Bautista, el precursor, cuyas palabras de invitación a la penitencia, dirigidas también a nosotros, cobran una vigorosa actualidad durante las semanas de Adviento (Ver Mt 3, 2).

Y, finalmente, María, la Madre del Señor: En ella culmina y adquiere una dimensión maravillosa toda la esperanza del mesianismo hebreo (Ver Lc 1, 26 – ss).


La espera continúa... y continuará hasta el final de los tiempos. Mientras tanto, Isaías, Juan Bautista y María seguirán siendo los grandes modelos de la esperanza, y en sus palabras seguirá expresándose el clamor angustioso de la Iglesia y de la humanidad entera ansiosa de redención...

viernes, 10 de noviembre de 2017

NUEVOS SUBSIDIOS


Desde hace 13 años he tenido la dicha y a la vez el serio compromiso de trabajar en la Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis (SEDEC) de la Arquidiócesis de Guadalajara.

Quiero compartir con ustedes un poco de lo mucho que hace esta noble Institución a favor de nuestra Iglesia diocesana.

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO EN LA CATEQUESIS

Para el adulto, el juego puede considerarse un simple momento de descanso, de entretenimiento, de esparcimiento, de recreación o hasta de vicio… pero para el niño, el juego es algo más “serio”: Se trata de un auténtico “trabajo”, de una “ocupación” que le ayudará a ir adquiriendo experiencia, de un aprendizaje que le muestra nuevas y variadas formas de expresarse, de una actividad “ficticia” que lo motivará a integrarse poco a poco a la vida real…

En el juego, el niño siempre “actúa”, se “identifica”, prueba y practica aquellas actividades que tal vez desempeñe en el futuro, y con el juego, como actividad física o como desarrollo del intelecto, puede aprender y asimilar aquellas verdades que irán configurando su personalidad y, en nuestro caso, su vida cristiana.

Es muy importante reconocer que, para la catequesis, el juego no es sólo un momento de “relax”, de “break”, de “animación” o de “pausa” entre la charla y la tarea… se trata de una actividad muy importante y que no debe omitirse intencionadamente: Así de simple, los niños necesitan jugar…

Para las edades más tiernas, el juego es algo más espontáneo que programado: los horarios y las reglas no son útiles… pero conforme van creciendo, los niños pueden ir aprendiendo y respetando las normas que cada juego requiera. Nuestra tarea como catequistas consistirá en proporcionarles los materiales y todos los elementos que parezcan oportunos para favorecer esta actividad.

APRENDER JUGANDO

Para el SEDEC, ofrecer los mejores materiales y subsidios para el catequista y su catequesis, es prioridad.

Por tal motivo, estamos trabajando en la confección de algunos juegos  que podrán utilizar, como un complemento oportuno, en su Catequesis infantil. Los juegos que les propondremos tendrán un acertado acercamiento a las edades y niveles de sus interlocutores. Como ustedes ya lo saben, tendrán la calidad, el precio y los materiales que necesitan para complementar su ministerio catequístico.

Algunos ya han visto la luz, otros siguen en proceso, pero muy pronto podrán contar ya con nuevas y atractivas creaciones con las que podrán acompañar mejor a sus interlocutores en su proceso de aprendizaje… ¡Jugando!


domingo, 22 de octubre de 2017

MISIONEROS... POR NATURALEZA


Domingo 22 de octubre de 2017, celebramos el Día Mundial de las Misiones, el DOMUND, una jornada misionera en la que, de un modo especial, la Iglesia universal ora por la Misión y por los misioneros, y colabora con ellos.

El lema del DOMUND de este año nos invita a ser valientes y a comprometernos con la labor misionera de la Iglesia.

“Sé valiente”: El Papa Francisco invita continuamente a retomar la audacia del Evangelio. Coraje y valentía para salir de nosotros mismos, para resistir la tentación de la incredulidad, para gastarnos por los demás y por el Reino, para soñar con llegar al más apartado rincón de la Tierra.

“La misión te espera”: Es la hora de tener valor para tomar parte en la actividad misionera de la Iglesia. Hasta el último confín, sin límites ni fronteras. Todos estamos llamados a la Misión. El anuncio del Evangelio es una necesidad del creyente.

“La misión en el corazón de la fe cristiana”: Lo recuerda el Papa Francisco en su mensaje para el Día Mundial de las Misiones, 2017. La mayoría de los bautizados viven la Misión en su vida diaria; algunos son enviados por la Iglesia como misioneros; pero todos sienten la necesidad de transformar su existencia en un compromiso misionero. Se trata de “salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.

ORACIÓN

Levanto el corazón a ti, Señor:
Ayúdame a lanzarme, hazme valiente.

Muéveme con tu impulso a donde quieras:
Indícame el camino que he de seguir.
Sé que Tú me guiarás, y eso me basta.
Incluso con mis dudas y mis miedos,
Oyendo tu llamada, daré el salto:
No importa nada más, si vas conmigo.

Tu alegría, Señor, será mi fuerza,
Evangelio que es luz para los pobres.

Envíame a anunciar esta Noticia,
Sembrando la ternura y la esperanza
Por las mil periferias de este mundo.
En tu misión confío, porque es tuya.
Renueva la ilusión por darme a todos,
Amándote en quien sufre, en mis hermanos.


Amén.

jueves, 19 de octubre de 2017

JUAN PABLO II, UN PROLÍFICO ESCRITOR


Karol Wojtila fue un hombre de esos tan "poco comunes" que son capaces de ganarse casi al mundo entero, sin importar las distinciones de razas, castas sociales, sexos ni credos religiosos.

Por muchas razones será recordado, pero los católicos lo veneramos como "santo", y con ello creemos firmemente que el Papa 264 de la Iglesia Católica vivió heroicamente las virtudes y murió "en olor de santidad". En su pontificado de 26 años y 5 meses, visitó 129 países (de los 194 que la ONU reconoce), viajando unos 2´ 247 613 kilómetros (cantidad equivalente a tres veces la distancia que media entre la luna y la tierra). 

El 22 de octubre, es decir, dentro de unos cuantos días, celebraremos su fiesta litúrgica. En su honor, quiero hacer una recopilación de sus más grandes escritos:

14 ENCÍCLICAS:
(Cartas solemnes sobre asuntos de la Iglesia o de la Doctrina cristiana)

- Redemptor Hominis (4 de marzo de 1979).- Sobre el "Redentor del hombre". Escrita al inicio de su Ministerio Pontifical.
- Dives in Misericordia (30 de noviembre de 1980).- Sobre la "Misericordia Divina".
- Laborem Exercens (14 de septiembre de 1981).- Sobre el "Trabajo humano". A los 90 años de la "Rerum Novarum".
- Slovarum Apostoli (2 de junio de 1985).- En memoria de "la obra evangelizadora de los Santos Cirilo y Metodio".
- Dominum et Vivificantem (18 de mayo de 1986).- Sobre el "Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y del mundo".
- Redemptoris Mater (25 de marzo de 1987).- Sobre "la Bienaventurada Virgen María en la vida de la Iglesia peregrina".
- Sollicitudo Rei Socialis (30 de diciembre de 1987).- A los 20 años de la "Populorum Progressio".
- Redemptoris Missio (7 de diciembre de 1990).- Sobre la "Permanente validez del mandato misionero".
- Centesimus Annus (1 de mayo de 1991).- En el Centenario de la "Rerum Novarum".
- Veritatis Splendor (6 de agosto de 1993).- Sobre "Cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia".
- Evangelium Vitae (25 de marzo de 1995).- Sobre "El valor y carácter inviolable de la vida humana".
- Ut Unum Sint (25 de mayo de 1995).- Sobre el "Empeño ecuménico".
- Fides et Ratio (14 de septiembre de 1998).- Sobre las "relaciones entre fe y razón".
- Ecclesia de Eucharistia (17 de abril de 2003).- Sobre la "Eucaristía en su relación con la Iglesia".

32 CARTAS APOSTÓLICAS:
(Documentos cuya autoridad reviste menor solemnidad que la de una Encíclica y pueden versar sobre asuntos doctrinales)

- Dominicae Caene (24 de febrero de 1980).- Sobre "la Cena del Señor".
- A Concilio Constantinopolitano I (25 de marzo de 1981).- Con ocasión del Concilio Primero de Constantinopla.
- Aperite portas Redemptori (6 de enero de 1983).- Bula de convocación al Jubileo a los 1950 años de la Redención.
- Salvifici doloris (11 de febrero de 1984).- Sobre "el sentido cristiano del dolor humano".
- Quoniam in celeri (9 de abril de 1984).- Sobre el "culto en los dos dicasterios".
- Le sollicitudini crescenti (9 de abril de 1984).- Sobre "las nuevas disposiciones del Gobierno Vaticano".
- Redemptionis Anno (20 de abril de 1984).- Sobre la "Ciudad de Jerusalén".
- Dilecti Amici (31 de marzo de 1985).- Por el "Año Internacional de la Juventud".
- Mulieris Dignitatem (15 de agosto de 1988).- Sobre "la Dignidad de las mujeres".
- Vicesimus Quintus Annus (4 de diciembre de 1988).- A los "25 años de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia".
- Con ocasión del 50 Aniversario de la segunda guerra mundial (27 de agosto de 1989).
- Sobre la situación del Líbano (7 de septiembre de 1989).
- Ordinatio Sacerdotalis (22 de mayo de 1994).- Sobre "la ordenación presbiteral".
- Tertio Millenio Adveniente (10 de noviembre de 1994).- Como "Preparación al año 2000".
- Orientale Lumen (2 de mayo de 1995).- Al centenario de la "Orientalim dignitatis" del Papa León XIII.
- Por el cuarto centenario de la Unión de Brest (ciudad francesa) (12 de noviembre de 1995).
- Por el 350 años de la Unión de Uzhorod (Ucrania) (18 de abril de 1996).
- Operosam diem (1 de diciembre de 1996).- A los 1600 años de la muerte de San Ambrosio.
- Laetamur Magnopere (15 de agosto de 1997).- Para la "aprobación y promulgación latina del Catecismo de la Iglesia Católica.
- Divini Amoris Scientia (19 de octubre de 1997).- Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia.
- Dies Domini (31 de mayo de 1998).- Sobre el "Domingo, el Día del Señor".
- Incarnationis Mysterium (29 de noviembre de 1998).- Bula de Convocación del Jubileo del año 2000.
- Inter munera academiarum (28 de enero de 1999).- Sobre las dos academias teológicas pontificias.
- Por el tercer centenario de la Unión entre Griegos Católicos con la Iglesia de Roma (20 de julio de 2000).
- Novo Millenio Ineunte (6 de enero de 2001).- Al concluir el Jubileo del año 2000.
- Por el 1700 aniversario del Bautismo de Armenia (17 de febrero de 2001).
- Hungariam Millenium (25 de julio de 2001).- Sobre la Iglesia de Hungría.
- Misericordia Dei (2 de mayo de 2002).- Sobre el "Sacramento de la Reconciliación".
- Rosarium Virginis Mariae (16 de octubre de 2002).- Se proponen los "Misterios de la luz".
- Spiritus et Sponsa (4 de diciembre de 2003).- Al 40 aniversario de la "Sacrosanctum Concilium" y la Liturgia.
- Mane nobiscum Domine (7 de octubre de 2004).- Para el "Año de la Eucaristía".
- Sobre las comunicaciones sociales (24 de enero de 2005).
  
15 EXHORTACIONES APOSTÓLICAS:
(Suelen ser documentos emanados en los Sínodos Episcopales)

- Catechesi Tradendae (16 de octubre de 1979).- Sobre la "importancia de la Catequesis".
- Familiaris Consortio (22 de noviembre de 1981).- Sobre "la Familia cristiana en el mundo actual".
- Redeptionis Donum (25 de marzo de 1984).- Sobre la "consagración de los Religiosos".
- Reconciliatio et Paenitentia (2 de diciembre de 1984).- Sobre el Sacramento de la "Reconciliación".
- Christifideles Laici (30 de diciembre de 1988).- Sobre el "Papel de los laicos en el mundo".
- Redemptoris Custos (15 de agosto de 1989).- Sobre "San José".
- Pastores dabo vobis (25 de marzo de 1992).- Sobre la "formación de los sacerdotes".
- Ecclesia in Africa (14 de septiembre de 1995).- Sobre la "Iglesia en África".
- Vita Consecrata (25 de marzo de 1996).- Sobre la "Vida Consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo".
- Una nueva esperanza para el Líbano (10 de mayo de 1997).
- Ecclesia in America (22 de enero de 1999).- Sobre la "Iglesia en América".
- Ecclesia in Asia (6 de noviembre de 1999).- Sobre la "Iglesia en Asia".
- Ecclesia in Oceania (22 de noviembre de 2001).- Sobre la "Iglesia en Oceanía".
- Ecclesia in Europa (28 de junio de 2003).- Sobre la "Iglesia en Europa".
- Pastores Gregis (16 de octubre de 2003).- Sobre el "Obispo servidor del Evangelio".

A esto deberíamos agregar 29 Escritos "Motu Proprio" (escritos "a modo propio"), innumerables mensajes "Urbi et Orbi" (26 a todo el mundo); por las Jornadas de las Migraciones, Vida Consagrada, Cuaresma, Comunidades sociales, Alimentación, Paz, Enfermos, Juventud, Misiones, Oración por las Vocaciones, Alfabetización, Turismo, etc., 4 libros, unos 20 mil discursosAudiencias.

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Desde muy joven tuvo gusto por su idioma, el polaco, y llegó a hablar considerablemente fluido en latín, ruso, checo, francés, italiano, español, portugués, inglés, alemán, y flamenco... además, pudo leer con soltura el griego y el hebreo... de hecho estudió literatura y fue un magnífico actor y compositor de obras de teatro...


Sin duda: Para quienes nos aventuramos por este fascinante mundo de las letras: ¡Un gran ejemplo a seguir!

domingo, 1 de octubre de 2017

DOS HIJOS... NO, MENOS: ¡ COMO TRES !


Domingo 26 del Tiempo Ordinario. La Liturgia de este día, tan rica, como siempre, nos presenta una hermosa oportunidad de reflexionar en el eterno conflicto que solemos tener entre lo que decimos y hacemos.

San Mateo (21, 28 - 32), retrata a Jesús contando a la "gente bien" una hermosa, aunque incompleta parábola:

Un hombre tenía 2 hijos. A los dos los envió a trabajar a su viña. El primero, de la manera más solícita y educada, le dijo que iría... pero no fue. En cambio, el segundo, aunque con berrinches al principio manifestó su apatía, terminó por arrepentirse y fue.

¿Cuál de los dos hijos hizo la voluntad del Padre? El segundo, aseguraron. Y es verdad, por ello los dos hijos, retratados en las dos fracciones que simbolizan (sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, al primero; y publicanos y prostitutas, al segundo), deben corregir el eterno divorcio entre lo que hacen y lo que dicen.

¿Y por qué este post sugiere un "tercer hijo"?

Pues porque en este pasaje tenemos una nueva versión de "hijo": Uno que actúa congruentemente. Un vástago que dice "sí" a la voluntad de su Padre, y que efectivamente se "va a trabajar a la viña".

¿A qué padre le gustaría que sus hijos siempre aparecieran obedientes, pero que realmente nunca cumplieran sus mandatos?

O, ¿Qué madre de familia querría que sus hijos nacieran, medio crecieran, y casi murieran díscolos, con una última chispa de arrepentimiento?

Jesús es el Hijo de Dios, el predilecto del Padre, aquel en quien Él se complace (ver Mt 3, 17). De esta manera, Jesús se convierte, para todos nosotros, en el modelo de Hijo a seguir. Su vida entera aparece como un "hágase", siempre atento y obediente a las encomiendas de su Padre.

Como vemos, ni en la vida cotidiana, y mucho menos en la práctica de nuestra vida cristiana, basta con decir que iremos a trabajar... ¡Hay que hacerlo!

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Una última, aunque importantísima moción: El título de este Post hace una "sutil alusión", con tendencia "bullynesca" a nuestro flamante Presidente...

lunes, 25 de septiembre de 2017

TRABAJAR... POR EL REINO


Domingo 25 del Tiempo Ordinario. La Liturgia de este día nos presenta un tema importantísimo y sumamente actual: El Trabajo por el Reino. No se trata de cualquier "trabajo", no se nos describe sólo aquella actividad humana, desgastante y tenaz, que ordinariamente recibe una simbólica remuneración.

Aquí se habla de ese trabajo que aprovecha para la eternidad, de aquella labor generosa que es útil y necesaria para alcanzar la salvación.

San Mateo, el Evangelio que hemos estado leyendo domingo a domingo durante este ciclo litúrgico, nos describe, con una hermosa parábola, cómo el dueño de la viña no tolera a los ociosos. De hecho, nos presenta a este aguerrido patrón en su búsqueda diligente por cinco horas de reclutamiento: al amanecer, a media mañana, a medio día, a media tarde y, finalmente, al caer la tarde (ver 20, 1 - 16).

Al principio, promete "un denario" (una moneda de plata, equivalente al salario de un día laboral. En México, su valor oscilaría en los $ 80 pesos). Luego, "lo que sea justo". A los demás, sólo los invita.

Y he aquí cómo, al final del día, pide a su administrador que pague a todos los trabajadores su jornal. Los primeros creyeron que recibirían más, sin embargo, también se les dio "un denario". El descontento de los osados trabajadores, ni tardo ni perezoso, apremia, pero el dueño de la viña, de la manera más cordial posible, le responde: "Amigo... yo no te hago ninguna injusticia". El precio acordado se ha respetado, y él sólo ha querido dar a los últimos lo mismo que a los primeros...

¡La lógica divina! Por ello, el profeta Isaías nos recuerda: "Sus planes no son mis planes, sus caminos no son mis caminos" (Is 55, 6 - 9).

Y nosotros... ¿Qué trabajo por el Reino estamos realizando?

miércoles, 20 de septiembre de 2017

"AUNQUE TIEMBLE LA TIERRA"


Se trata de un extracto del Salmo 45. La Liturgia de las horas lo titula "Dios, refugio y fortaleza de su pueblo":

"Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos, aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.

Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob".

El presente post pretende:

1. Confortar a quienes, directa o indirectamente, sufrimos a causa de los presentes y tan sentidos fenómenos naturales.
2. Agradecer a quienes, generosamente, dan de su tiempo y recursos para salvar sobrevivientes o recuperar cadáveres.
3. Exhortar a quienes se aprovechan de las desgracias ajenas para mofarse o hasta para hacerse de "algo extra".

Huracanes, Sismos, Tsunamis... Hay quien les llama "desastres"; otros los consideran, más bien, "purificaciones".

Como sea, vale la pena fijar nuestra atención y afianzarnos en nuestro escudo, en quien es nuestro refugio y fortaleza, en el Dios en quien debemos depositar toda nuestra confianza... ¡Aunque tiemble la tierra!

sábado, 16 de septiembre de 2017

PERDONAR... ¡ SIEMPRE !


Domingo 24 del Tiempo Ordinario. La liturgia del día de hoy, y sobretodo el Evangelio, desarrolla excelentemente el tema del Perdón.

Ya el libro del Eclesiástico invitaba a los judíos a "perdonar... para ser perdonados"(Ecclo 27, 33 - 28, 9). Y es que, ¿con qué cara podríamos pedir al Señor que pasara por alto nuestros pecados, si nosotros mismos no somos capaces de superar las ofensas de nuestros semejantes, y aunque sea por salud propia o por fomentar nuestra autoestima, evitásemos el enojo y perdonásemos de corazón?

San Mateo, por su parte, nos describe una pregunta que San Pedro le hace a Jesús, cuestionando el número de veces que hay que perdonar al hermano cuando nos ofende. Siete, por cierto, son muchas veces, y no olvidemos que este número, para el pueblo judío, tenía una connotación de perfección... pero el Señor va mucho más allá: "No sólo siete - responde - sino hasta setenta veces siete".

¡Menuda respuesta! Sin duda que el Príncipe de los Apóstoles no la esperaba, y tal vez nosotros tampoco la esperamos hoy, pero vale la pena sumergirnos en la paradoja propuesta, y es que sólo así seremos capaces, realmente, de sanar nuestro herido corazón...

En efecto, si mantenemos el enojo o guardamos rencor, nunca saldremos bien parados de las penas que nos aquejan al sufrir las consecuencias de nuestros errores, o los de los demás.

¡Amémonos más! ¡Amemos más!

Perdonar... ¡Sí! ¡Siempre!

lunes, 11 de septiembre de 2017

CORRECCIÓN FRATERNA


Domingo 23 del Tiempo Ordinario. Como siempre, la Palabra de Dios tiene un hermoso mensaje para nosotros. En esta ocasión, las 3 lecturas (Ez 33, 7-9; Rm 13, 8-10; Mt 18, 15-20) nos hablan del intrigante punto de la "Corrección Fraterna".

El Profeta Ezequiel nos aclara cómo las acciones del malvado no sólo corren por su cuenta, pues las consecuencias de sus actos no sólo afectan a su persona. Así pues, de alguna manera, todos somos responsables de corregirlo, de reprenderlo, y de exhortarlo a cambiar su vida, con el único fin de que también él sea digno de la salvación.

San Pablo nos aclara cómo la única deuda que hemos de tener para con todos es el amor, pues quien ama a su prójimo es incapaz de hacerle daño, y amar es cumplir la ley completa.

Por su parte, San Mateo nos presenta a Jesús, enseñando a sus discípulos respecto al modo correcto de corregir a los demás: Primero, a solas; luego, haciéndose acompañar por uno dos más hermanos; después, enterando a la comunidad; y finalmente, marcando una dolorosa distancia... pero todo, todo, todo y sólo inspirados por el amor. Efectivamente, se reprende y se corrige a quienes se ama, y cuanto más los amamos, más debemos interesarnos porque retomen el camino y no pierdan su salvación.

El Papa Francisco ha dicho: "Corregir al hermano es un servicio, y es posible y eficaz solamente si cada uno se reconoce pecador y necesitado del perdón del Señor".

Recordemos el dicho "Nadie puede dar lo que no tiene"... Pues bien, no podemos corregir al hermano si nosotros mismos no hemos luchado por superar esas mismas u otras ocasiones de pecado...

Por eso, concluye Jesús recordándonos que todo cuanto pidamos al Padre en su nombre nos lo concederá, por nosotros mismos y también por los demás, pues donde dos o más se ponen de acuerdo y oran, Él garantiza su presencia y confirma su acción salvadora...

domingo, 3 de septiembre de 2017

PERDER... ¡PARA GANAR!


Domingo 22 del tiempo Ordinario. San Mateo nos presenta un hermoso Evangelio, y sin duda podríamos sacar de Él muchas enseñanzas prácticas para nuestra vida. Yo sólo quiero detenerme en una, y espero que nos sea de gran provecho para nuestro hoy.

Luego de que el Príncipe de los Apóstoles intentara disuadirlo, argumentando que su proyecto no podría verse opacado por el sufrimiento y la traición de los jefes de su pueblo, Jesús dijo a sus discípulos:

"El que quiera venir conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si alguien quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?"

Y he aquí mi pequeña reflexión:

Negarse a sí mismo, cargar la cruz, seguir al Maestro, perder la vida... nada de esto tiene sentido para el mundo, ¡Este no es el pensamiento de los hombres!

El mundo nos propone todo lo contrario: Consentirse a uno mismo, evitar la fatiga, descansar, gozar del momento... Para los que no piensan como Dios, sólo en esto radica el disfrute de la vida.

Pero Jesús sabe que sólo aquel que es capaz de negarse, y de perder la vida por Él y su Evangelio, es digno de ganarse la eternidad. Efectivamente, ¿De qué nos sirve "salvar" la vida de unos cuantos años, si al final nos veremos perdidos por toda la eternidad? ¿Acaso los bienes que acumulemos en este mundo podrán garantizarnos una vida holgada por siempre?

Como bien dice la liturgia de Difuntos, "para los que tenemos fe, la vida no se acaba, sólo se transforma, y disuelta nuestra morada terrenal se nos abre una mansión eterna en el Cielo"...

Es hora de vivir la paradoja de Jesús: ¡Hay que perder... para ganar!

martes, 29 de agosto de 2017

TESTIGO DE LA VERDAD


Este día celebramos la memoria litúrgica del Martirio de San Juan Bautista.

El Evangelio de San Marcos (6, 17-29) nos describe, a lujo de detalles, este terrible suceso, que muy al estilo de las novelas de George R. Martin bien podría considerarse una mezquina amalgama de miedos, vanaglorias, pretensiones, y venganzas.

Si bien el rey Herodes "respetaba a Juan", pues lo consideraba un hombre honrado y santo, y aunque al escucharlo solía quedar desconcertado, su "antes cuñada, ahora esposa" lo aborrecía. Y es que eso de ser "la esposa del hermano del rey", no sonaba tan apetitoso como ser "la esposa del rey".

Un toque de sensualidad descarriló los eventos, y ante el baile seductor de la hija de Herodías, la regia veleta doblegó su respeto por el Precursor, mandando que se cumplieran los descabellados deseos de aquella malvada mujer: Un verdugo le trajo, en bandeja de plata, la cabeza cercenada de un gran Mártir.

San Juan Bautista fue siempre testigo de la verdad, y nosotros también hoy estamos llamados a serlo. Ni durante su vida ni tampoco durante la hora de su muerte buscó privilegios ni puestos ni escalafones. Su "sí" permanente nos impulsa hoy a darlo en las más diversas circunstancias de nuestra cotidianidad:

¡Siempre fieles! ¡Siempre dignos!

lunes, 14 de agosto de 2017

¡SEÑOR, SÁLVAME!


Domingo 19 del Tiempo Ordinario. San Mateo nos presenta un hermoso pasaje, un portento especial donde Jesús le hace saber a Pedro, y en él a todos nosotros, que es posible "caminar sobre las aguas".

Luego de la multiplicación de los panes, el Señor apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se adelantasen para llegar a la otra orilla... Él se quedaría despidiendo a la gente... y como era su costumbre, se dedicaría a orar.

Después, ya de noche, mientras los apóstoles sostenían una potente lucha con las olas, debido a lo contrario del viento, el Divino Maestro se acerca a ellos caminando sobre las aguas.

Asustadísimos, creen ver a un fantasma. Pero Jesús los calma y les hace saber que es Él. Pedro, siempre tomando la iniciativa, pide que si aquello es verdad lo haga caminar hasta Él. La respuesta llegó de inmediato: "Ven".

Y ahí va, primero confiado, después con miedo... primero sobrellevando las olas, después hundiéndose en medio de la tempestad. Y he aquí el grito desesperado que pone título al presente post: "¡Señor, sálvame!"

¿Cuántos, como el apóstol, gritamos también a Jesús que nos tienda la mano?

- ¿Cuántos padres de familia quisieran gritar a su esposa e hijos que el sustento del hogar cada vez se hace más difícil de sobrellevar, porque el trabajo escasea, porque se paga una miseria?
- ¿Cuántas esposas gritan a sus esposos que están "hartas" de vivir literalmente "pri-sio-ne-ras" en el hogar, del estrés cotidiano, de que nadie las valore, de que su trabajo no sea reconocido?
- ¿Cuántos hijos desearían alzar su voz para indicarles a sus padres que necesitan algo más que un Iphone, una Tableta, y un Dron; que requieren de sus consejos, de su compañía, de su cariño?
- ¿Cuántos sacerdotes viven cautivos de la rutina de los Sacramentos, y no hayan cómo sacar del pecho que también ellos necesitan de una amistad sincera, de un tiempo y de un espacio digno para descansar, que son seres humanos y se estresan, y se enferman, y se mueren?
- ¿Cuántas adolescentes y jóvenes gritan que es muy duro sobrellevar el acoso de sus patrones o compañeros de trabajo, que es muy injusto trabajar más y ganar menos, que el escalafón de puestos viene a menudo después de un "favorcito sexual"?
- ¿Cuántos enfermos y ancianos se cansan de gritar porque están solos, porque nadie los visita, porque para ellos se acabaron los detalles, porque sus hijos se están preocupando más por aclarar los términos de un documento legal que por apreciar a la persona que abandonaron?
- ¿Cuántos niños, víctimas de la guerra, le gritan al mundo que "pare, porque se quieren bajar"?

¡Señor, sálvame! Y Él nos tiende la mano, y nos brinda una nueva oportunidad... Nosotros, ¿Extenderemos la nuestra a quienes la necesitan?

viernes, 21 de julio de 2017

CAUSAS... EFECTOS


Con la excepción de Dios, afirmamos que "toda causa tiene su efecto, y que todo efecto tiene su causa". Se trata de una ley antiquísima y que ha sido estudiada por múltiples disciplinas, pero tanto la física como la filosofía están de acuerdo en que ambos elementos se explican y se requieren... todo cuanto hacemos o dejamos de hacer pone en movimiento una causa, y ésta trae consecuencias, positivas o negativas. El resultado, obviamente, depende de la causa. Entonces, nada es fruto del azar, de la buena o de la mala suerte, sólo existen movimientos y resultados.

Hoy, por ejemplo, nos quejamos de la inseguridad, de la violencia, del narcotráfico, de la prostitución, de la pérdida de los valores, del abuso de menores, del mercado negro, de los negocios fraudulentos, de la piratería, de la corrupción... sí, tristemente esta lista lleva un larguísimo etcétera. Si somos honestos, aquí sólo se trata de resultados, de productos finales que tuvieron sus propias causas, tan actuales y tan reales, y que quizás nosotros mismos o bien hemos creado; o en su menor caso, solapado.

¿Qué los ha provocado?

Es tan ambigua y tan poco honesta nuestra integridad, que aunque duela debemos confesar que muchas de estas realidades encuentran en nuestros hogares su causa.

- ¡Qué simple es "evadir" a los cobradores, cuando tocan nuestras puertas por dejar de pagar éste o aquél aparato, o éste o aquél celular que sacamos "en abonos facilitos"!
- ¡Qué fácil es exigir a nuestros gobernantes que se porten con entereza, aunque nosotros solemos sumergirnos en la "mini corrupción"!
- ¡Qué simple es pedir a nuestros padres que se pongan a la altura de su título, aunque nosotros olvidemos nuestro comportamiento como hijos!
- ¡Qué fácil es señalar al cura pederasta, y qué sencillo maquillar nuestras perversiones personales!
- ¡Qué simple es vituperar al "Chapo" y a su flotilla, y por otro lado, qué fácil es cerrar la boca cuando se trata de purificar una nación donde pulula el narcomenudeo!

Causas y efectos... nada más. Si no nos gustan los efectos, debemos cambiar las causas... ¿Lo haremos?

domingo, 16 de julio de 2017

PARÁBOLAS


Abriré mi boca,
y les hablaré en parábolas…
Publicaré lo que estaba oculto
desde la Creación del mundo…”
(Ver Sal 78, 2)

Domingo 15 del Tiempo Ordinario. Iniciamos la lectura del capítulo 13 del Evangelio de San Mateo, el llamado "capítulo de las parábolas". Sin detenernos demasiado en explicar esta narración (de la cual el mismo Jesús dio a conocer su significado), los invito a hacer un brevísimo estudio acerca de las parábolas.

Comencemos aclarando que Jesús nunca nos dijo “qué es el Reino”… pero sí nos dijo “cómo es el Reino”: Para ello, nos contó parábolas, pequeñas comparaciones extraídas de la vida cotidiana, para “publicar lo que hasta entonces estaba oculto”…

¿Qué son las parábolas?

Parábola proviene de una palabra griega “parabolé”, que significa “comparación”. Una parábola es un relato corto, en forma de historieta sencilla, puede ser real o imaginaria pero no fantasiosa (no a modo de “fábula”, con seres inanimados), mediante la cual Jesús establece una comparación. Podría resumirse así: “Lo mismo que sucede en tal caso, así sucede en tal otro”.

Esta comparación pretende mostrarnos una enseñanza de tipo “espiritual”. No tenemos que olvidar que Jesús fue un predicador itinerante (andaba de un lugar a otro), y las parábolas son explicaciones y anuncios de su mensaje de salvación.

Lo que no es una parábola

La “parábola” es diferente de la “metáfora”: Esta consiste en proferir una palabra y usarla con un significado o en un contexto diferente al que siempre ostenta.

Por ejemplo: Si el amado le dice a su amada “eres la luz de mi vida”. Por supuesto que no le quiere decir que sea una especie de “lámpara”, pero sí podría considerarla en sentido figurado “un sol para sus pasos”.

Respecto a la “alegoría” se diferencia en que en ésta todos los detalles y figuras tienen significado, aunque en algunos casos sea forzado, mientras que en la parábola, todos los detalles tienen la finalidad de subrayar y enfatizar el mensaje único que el relato quiere enseñar. Cabe señalar que algunas parábolas sí tienen elementos alegóricos.

Por ejemplo: Si vemos a un esqueleto llevando entre sus manos una guadaña, inmediatamente la relacionamos con “la muerte”.

Por último, la parábola se diferencia de las fábulas, porque en ella intervienen personajes humanos.

Nota: En las fábulas suelen animarse o “antropomorfizarse” (darles “figura humana”) a seres irreales, animales o inanimados.

Características de las parábolas

* Tienen forma de narración, una especie de cuento de tamaño variable.

* Son relatos de la vida diaria. No son asuntos complejos ni rebuscados. Los elementos que las constituyen están tomados de experiencias cotidianas de Jesús y sus oyentes: semillas, ovejas, deudores, prestamistas... Por eso se dice que son relatos “de la vida real”, no fantasiosos. En muchos casos la trama y sus elementos están tomados de la vida y muchos oyentes de Jesús habrán tenido la misma experiencia.

* No se excluye la posibilidad de que aparezcan otros recursos literarios como la “hipérbole” o circunstancias extrañas, exageraciones de difícil justificación (como la parábola de los “servidores homicidas”, donde el padre envía a muchos servidores y finalmente a su hijo) a no ser que aceptemos que la finalidad de las parábolas sea suscitar la reflexión.

* El interés de la parábola no permanece en el mero relato, pues es un relato simbólico. Hay un conjunto de símbolos y en ellas se percibe un mundo simbolizado. El conjunto de símbolos de la parábola está puesto al servicio de la enseñanza que Jesús quiere transmitir.

* Es este carácter simbólico lo que hace que la parábola ayude a comprender y asimilar el principio de trascendencia que envuelve toda la temática religiosa y cristiana. Porque es a través de lo simbólico como nosotros podemos descubrir la intervención de Dios en la historia. El mejor lenguaje para hablar de Dios es este: el simbólico.

* Las parábolas no son un método original y exclusivo de Jesús. Era una técnica utilizada por otros rabinos (maestros de la época), pero en las de Jesús hay detalles que causan sorpresa y plantean ciertos retos.

* En general, las parábolas evocan experiencias desconcertantes y en casi todas late una “paradoja” (“contradicción”) que rompe los esquemas usuales de la vida: hay comerciantes que lo venden todo para comprar sólo una perla fina (¿de qué vivirán después?, podríamos preguntarnos); hay un padre que recibe y devuelve sus bienes al hijo pródigo que había dilapidado todo (esto no suele pasar en la vida real); o un sembrador que malgasta la semilla en el camino y en las zarzas...

* Las parábolas fueron instrumentos que Jesús usó para exponer su mensaje a la gente sencilla. Pero en ocasiones también las usó como arma dialéctica (de “conversación”) contra los líderes religiosos y sociales de su época (contra los escribas, fariseos y sacerdotes).

* Jesús utilizó las parábolas porque buscaba la claridad… Él habla en parábolas porque quiere que la gente sencilla lo entienda. No son enigmáticas, incomprensibles… a la gente le fascinaban precisamente porque las parábolas las podían entender.

Finalidad de las parábolas

Jesús no contaba parábolas para “divertir al auditorio”, sino para exponer su mensaje, explicitarlo y aclararlo, y muy especialmente, para interpelarles (para llamar su atención).

- Uno de los propósitos fundamentales de las parábolas de Jesús es exponer los principios fundamentales de su enseñanza. El centro del mensaje de Jesús es el Reino de Dios y las parábolas pretenden develarnos un aspecto fundamental de este Reino. Para el judío de aquellos tiempos el Reino de Dios era la personificación de la esperanza de la salvación; la llegada del Reino de Dios se aguardaba como “liberación”, como “realización de la paz y la justicia”. Jesús imprime a esta esperanza escatológica (de los “últimos tiempos”) una dirección nueva: el Reino de Dios se cumple aquí y ahora. No sólo comienza a cumplirse el Reino, comienza también el escándalo.

- El mensaje del Reino no sólo se “conoce”, hace falta “construirlo”, “ponerlo en acción”. Por eso Jesús buscaba una reacción en sus oyentes. Esto lo logra con unos finales imprevistos y desconcertantes. Sus finales rozan más bien en lo absurdo. Por ejemplo, dejar crecer el trigo junto a la cizaña, causando con todo sorpresas en sus oyentes. No se puede entender que alguien escuchara una parábola a Jesús y permaneciera impasible ya que cuestionaban el orden social, moral y religioso de su tiempo. El mensaje del Reino de Dios como nueva sociedad justa, fraterna y solidaria implica radicalidad en las decisiones. Por eso, las parábolas incitan a comprometerse a favor de Jesús y de su mensaje o… rechazarlo.

- Una de las principales características de las parábolas es que son “desconcertantes”. Incluso pueden plantear situaciones absurdas. Si Jesús las dice así es porque quiere resaltar especialmente algún aspecto del Reino, alguna característica de Dios; o también, cómo debe ser el comportamiento de los hombres.

En los Evangelios descubrimos las siguientes parábolas y relatos parabólicos de Jesús:

En San Mateo:

- Los Niños que juegan (Mt 11, 16 – ss)
- El Sembrador (Mt 13, 3 – 8)
- Trigo y Cizaña (Mt 13, 24 - 30. 36 – 43)
- Grano de mostaza (Mt 13, 31 – ss)
- La Levadura (Mt 13, 33)
- El Tesoro escondido (Mt 13, 44)
- La Perla de gran valor (Mt 13, 44)
- La Red (Mt 13, 47)
- La Oveja perdida (Mt 18, 12 – ss)
- El Servidor despiadado (Mt 18, 23 – ss)
- Los Trabajadores en la viña (Mt 20, 1 – 6)
- Los dos hijos (Mt 21, 28 – ss)
- Viñadores homicidas (Mt 21, 33 – ss)
- La Gran Cena (Mt 22, 1 – 14)
- El Banquete Nupcial (Mt 22, 1 – 14)
- Las Diez Vírgenes (Mt 25, 1 – 13)
- Los Talentos (Mt 25, 14 – ss)

En San Marcos

- El Sembrador (Mc 4, 3 – 8)
- La Semilla que crece por sí sola (Mc 4, 26 – 29)
- La Semilla de  Mostaza (Mc 4, 30 – 32)
- Los Viñadores homicidas (Mc 12, 1 – 11)

En San Lucas

- Los niños que juegan (Lc 7, 31 – 35)
- Los dos deudores (Lc 7, 41 – 43)
- El sembrador (Lc 8, 5 – 8)
- El buen samaritano (Lc 10, 25 – 37)
- Amigo inoportuno (Lc 11, 5 – 8)
- Rico insensato (Lc 12, 16 – 21)
- La higuera estéril (Lc 13, 6 – 9)
- El grano de mostaza (Lc 13, 18 – 19)
- La levadura (Lc 13, 20 – 21)
- La gran cena (Lc 14, 16 – 24)
- La fiesta de matrimonio (Lc 14, 16 – 24)
- El último lugar en los banquetes (Lc 14, 7 – 11)
- La torre y la guerra (Lc 14, 28 – 32)
- La oveja perdida (Lc 15, 44)
- La moneda perdida (Lc 15, 8 – 10)
- El hijo pródigo (Lc 15, 11 – 32)
- El Administrador infiel (Lc 16, 1 – 8)
- Lázaro y el rico epulón (Lc 16, 19 – ss)
- El juez injusto (Lc 18, 1 – 8)
- Fariseo y publicano (Lc 18, 9 – 14)
- El rey y sus trabajadores (Lc 19, 12 – 27)
- Los Viñadores homicidas (Lc 20, 9 – 18)


En este domingo disfrutamos la parábola del Sembrador... ¿Qué enseñanza dejó para tu vida? 

lunes, 10 de julio de 2017

EL YUGO DEL AMOR


Domingo 14 del Tiempo Ordinario. Una excelente oportunidad para reafirmar nuestro compromiso cristiano.

Pareciera inaudito: ¿Cómo es posible que un yugo sea "suave", que una carga sea "ligera"?

El "Yugo" es un artefacto, preferentemente de madera, por medio del cual principalmente se une a los animales destinados para el trabajo previo a la siembra (un par de caballos, de mulas o de bueyes), permitiéndoles tirar de un arado, y así poder fracturar la tierra para sembrar.

Tal vez nosotros estemos un tanto ajenos a estas prácticas, pero para un agricultor responsable es muy importante "suavizar" el peso de sus animales, por eso suele agregar a los yugos unas "colleras" rellenas de paja o de lana, de lo contrario, se lastimaría mucho a los animales y no podrían soportar su trabajo adecuadamente.

Cabe añadir, aún, que hay de "yugos" a "yugos", y de "cargas" a "cargas"... así es como se comprende mejor a qué se refería nuestro Señor al decir que su yugo es suave y su carga ligera. Hay otros, muchos muchos otros, que comparados a los que Él nos propone, son muy pesados de llevar, lastiman demasiado, y al término de la jornada, terminarán por hacernos desfallecer...

¿A qué yugo se refiere Jesús? ¿Cuál es su carga?

Los estudiosos de la Biblia coinciden, luego de analizar los Evangelios, en que el "peso" que el Señor nos propone consiste en "amarnos los unos a los otros, como Él nos ha amado" (ver Jn 13, 34). Y esta carga, comparada con otras, sin duda que es ligera... y este yugo, en atención a los demás, es "suave suavecito"...

Habrá quién piense que Jesús, al emitir esta invitación, pensaba sólo en los pobres, en los enfermos, en los menesterosos, en los más privados de los bienes de la tierra... pero no. Sin duda éstos llevan su peso, pero también aquellos que se encuentran "del otro lado", es decir, los ricos, los sanos, los sobrados de bienes, tienen el suyo propio. Pensemos en aquellas familias que cada quincena suspiran porque el sueldo se irá en un minuto a causa de sus deudas, y no saben cómo les alcanzará para llegar hasta la próxima, y repetir incansablemente con esta menesterosa rutina... No tienen pan. Pero pensemos también en aquellas familias donde el pan abunda, donde las jugosas pensiones llegan puntualmente, donde no faltan los bienes, pero hay enfermedad, no hay armonía, hay soledad...

Jesús dijo: "Vengan a mí todos los que se encuentran cansados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Carguen mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave, y mi carga ligera".

¡Ah, y es que para aquellos que no aceptan el yugo del amor, les quedan destinados otros muchos yugos, y con cargas pesadísimas por llevar! El odio, el rencor, la soberbia, la ira, la insatisfacción, la depresión, la violencia, la intranquilidad, el estrés, el desánimo por la vida...

Una última moción. El yugo se lleva "en parejas". Como vemos, Jesús apuesta por la vida comunitaria. Tal vez tendría en mente aquellas hermosas palabras del libro del Génesis: "No es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2, 18).

domingo, 25 de junio de 2017

QUIEN TEME A DIOS... NO TIENE MIEDOS


Parece contradictorio... pero atendiendo a lo que el Señor nos dice en su Palabra, es verdad.

Domingo 12 del tiempo ordinario. San Mateo nos presenta, en su Evangelio (10, 26 - 33), una hermosa perícopa, digna de estudio y reflexión.

Jesús nos hace dos invitaciones: A no tener miedo... y a temer. La primera se repite por tres veces, como para que no nos quede duda alguna... la segunda, ¡Qué difícil de comprender!

1. No tener miedo: Ni a los hombres ni a los que matan sólo el cuerpo.
2. Temer: A quien tiene el poder de mandar el cuerpo y el alma al lugar de castigo eterno. ¿A quién se refiere? ¿Al enemigo? ¿A Dios? Efectivamente, y por más contradictorio que parezca, Jesús nos invita el día de hoy a que temamos a Dios... ¿De qué modo?

Para entender sanamente este Evangelio, habría que distinguir entre los miedos humanos (como quien teme a la oscuridad, a las alturas, a perder el trabajo, a enfermarse, a quedarse solo, etc.), temores que con un poco de esfuerzo y en ocasiones con algo de ayuda externa, pueden superarse o al menos aminorarse... y por otro lado, el temor a Dios, que consiste en tenerle un respeto sagrado, un reconocimiento efectivo de su santidad, de su superioridad, y de su verdadera condición como Padre y Creador. Amar su Ley, y cumplir sus mandatos, por absurdo que parezca, nos devuelve la vida, nos brinda la paz y nos hace verdaderamente libres. Sin embargo, quien no teme a Dios, se autodefine "superior" a Él, lo "reta", lo ofende y se salta arbitrariamente todas y cada una de sus normas y preceptos. Habrá quién se mofe de su existencia o incluso niegue sus atributos.

¡Qué penosa es la vida de estas personas, pues al no temer a Dios, está condenada a vivir con múltiples temores!

Por poner sólo un ejemplo, veamos: Pensemos en una persona que ha obtenido una fortuna a costa del sufrimiento de muchas otras. Siempre pensará en tener más y más; desconfiará de todos; no disfrutará de sus bienes; buscará cada vez más la seguridad terrena; perderá el sueño; se desgastará poco a poco y al fin morirá solo, deseando volver al pasado o vivir un poco más...

En cambio, el que respeta a Dios y cumple su Ley, tiene asegurada una existencia feliz, por supuesto, con las tribulaciones y dificultades de la vida cotidiana, pero manteniendo una actitud "de paso", y dejando huella para la posteridad...

Quien teme a Dios no tiene miedos. Por algo el libro de los Proverbios afirma que "el temor de Dios es el principio de la Sabiduría" (Prov 1, 7).