Sólo son 288
meses, 8 760 días, 210 240 horas, 12´ 614 400 minutos, o 756´ 864 000
segundos...
Suena bastante,
¿Verdad?
Pues ése es el
tiempo que ha transcurrido desde que un hombre bueno, un insigne Pastor de
nuestra comunidad arquidiocesana, fuera privado de su vida de la manera más vil
y cobarde aquel oscuro 24 de mayo de 1993...
El Sr. Card. D.
Juan Jesús Posadas Ocampo, quien ostentó el cargo de VIII Arzobispo de
Guadalajara, esperaba en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad al entonces
nuncio apostólico D. Jerónimo Prigione, ya que éste presidiría por vez primera
la memoria de los Beatos Mártires Cristóbal Magallanes y compañeros, recién
elevados a los altares apenas hacía seis meses...
El nuncio nunca
llegó... o se regresó del Aeropuerto… realmente no es el momento de analizar
este evento...
Volvamos al
tema: Fue allí, en el estacionamiento del Aeropuerto, a plena luz del día,
cuando unos sujetos con armas de grueso calibre, descargaron al menos 52
disparos, asesinando en el acto al Sr. Cardenal y a su chofer, indirectamente
también mataron a otras dos personas, procedentes de Sinaloa, y otras dos
personas que dejaron heridas... 38 impactos de bala sobre el Grand Marquis
blanco en el que viajaba, y 14 tiros, prácticamente a quemarropa, sobre el
Purpurado...
De todo esto doy
fe... cuando era seminarista, tuve la oportunidad de ver los estragos que
aquellas balas dejaron sobre los asientos del automóvil (llenos de sangre), las
ropas desgarradas y los zapatos agujerados del Sr. Cardenal...
Cuando se
hicieron las averiguaciones en el lugar de los hechos, se encontraron otros
vehículos estacionados con fusiles de asalto AK 47 ("cuernos de
chivo"); un rifle M 16; tres pistolas: 9 mm, 45 y 38 súper; nueve granadas
de fragmentación; seis chalecos antibalas; setenta cargadores para AK 47 y para
las pistolas mencionadas; setecientos ochenta y nueve cartuchos útiles de
diversos calibres; dos escáneres y cuatro teléfonos celulares...
Si ya todo esto
era digno de asombro y consternación, lo fueron más aún las ridículas
explicaciones que se dieron a los hechos... teorías tan absurdas como "fue
la masonería" (ex Presidente Carlos Salinas de Gortari), o "fueron los
Arellano Félix" (Procuraduría General de la República PGR), o la versión
más sonada de "lo confundieron con el Chapo Guzmán", sólo sirvieron
para darle al pueblo mexicano "un taco para masticar", sumergido en
la impotencia y en la certeza de que probablemente nunca se conozca
oficialmente la verdad de un "caso cerrado sin cerrar" (aunque,
bendito sea Dios, nunca han faltado banderas que se elevan valientes clamando
por justicia)...
24 años ya... y,
¿Qué? ¿Cuántos más?
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