martes, 29 de agosto de 2017
TESTIGO DE LA VERDAD
Este día celebramos la memoria litúrgica del Martirio de San Juan Bautista.
El Evangelio de San Marcos (6, 17-29) nos describe, a lujo de detalles, este terrible suceso, que muy al estilo de las novelas de George R. Martin bien podría considerarse una mezquina amalgama de miedos, vanaglorias, pretensiones, y venganzas.
Si bien el rey Herodes "respetaba a Juan", pues lo consideraba un hombre honrado y santo, y aunque al escucharlo solía quedar desconcertado, su "antes cuñada, ahora esposa" lo aborrecía. Y es que eso de ser "la esposa del hermano del rey", no sonaba tan apetitoso como ser "la esposa del rey".
Un toque de sensualidad descarriló los eventos, y ante el baile seductor de la hija de Herodías, la regia veleta doblegó su respeto por el Precursor, mandando que se cumplieran los descabellados deseos de aquella malvada mujer: Un verdugo le trajo, en bandeja de plata, la cabeza cercenada de un gran Mártir.
San Juan Bautista fue siempre testigo de la verdad, y nosotros también hoy estamos llamados a serlo. Ni durante su vida ni tampoco durante la hora de su muerte buscó privilegios ni puestos ni escalafones. Su "sí" permanente nos impulsa hoy a darlo en las más diversas circunstancias de nuestra cotidianidad:
¡Siempre fieles! ¡Siempre dignos!
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