lunes, 12 de junio de 2017

LA CATEQUESIS PROMOTORA DE LA VIDA COMUNITARIA Y FAMILIAR


El Catecismo de la Iglesia Católica define a la Catequesis como “educación en la fe de los niños, de los jóvenes y adultos, que comprende especialmente una enseñanza de la doctrina cristiana, dada generalmente de modo orgánico y sistemático con miras a iniciarlos en la plenitud de la vida cristiana” (CEC 5; Ver CT 18). Desde esta sencilla, pero profunda y rica aproximación, comprendemos cómo es necesario acompañar y hacer crecer la semilla que Dios mismo ha puesto en todo fiel desde el día en que recibió su bautismo. Esta educación deberá ser gradual y progresiva, cada vez más seria y comprometida, y deberá tomar en cuenta todos y cada uno de sus ambientes y necesidades. Los cristianos debemos alcanzar, como apunta San Pablo, “la estatura de Cristo, el hombre perfecto” (Ef 4, 13), y para llegar a esta meta, la Catequesis es más que necesaria.

La Iglesia siempre ha considerado a la Catequesis como una de sus tareas primordiales. El Papa San Juan Pablo II afirmó al respecto: “Ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles la consigna de hacer discípulos a todas las gentes enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado, les confiaba la misión y el poder de anunciar a los hombres lo que ellos mismos habían oído, visto con sus ojos, contemplado y palpado con sus manos, acerca del Verbo de vida” (CT 1). Por eso, desde el inicio de su existencia como la continuadora de la obra de su Señor, y hasta el día de hoy, después de más de dos milenios en fidelidad, la Iglesia ha puesto especial atención en propagar la Buena Nueva, y se empeña con responsabilidad para que sus fieles conozcan y comprendan cada vez más y mejor este anuncio de salvación.

Ahora bien, uno de los retos que actualmente más nos urge atender es la vida comunitaria y familiar. El Papa Francisco afirma que “se podría decir que el espíritu familiar es una carta constitucional para la Iglesia: así el cristianismo debe aparecer, y así debe ser. (…) Las familias son una de las redes más importantes para la misión de Pedro y de la Iglesia” (Audiencia general del 5 de octubre de 2015). Por ello todos, desde nuestra particular situación, estamos llamados a cooperar y a comprometernos con esta prioridad eclesial.

Este próximo domingo, 11 de junio de 2017, celebraremos en nuestra Iglesia Diocesana, con gran esperanza, el “Día de la Catequesis”. Oremos por nuestras familias, y también oremos por quienes sostienen el trabajo catequístico en nuestra Arquidiócesis: Oremos por nuestro Obispo, “el primer responsable de la Catequesis y el Catequista por excelencia” (CT 63), por nuestros Párrocos y Vicarios, por nuestros Catequistas, y por los miembros de la Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis. Si es posible, apoyemos también económicamente, aportando en la colecta que se hace con este fin.

La familia sigue siendo la célula esencial de toda sociedad. Recordemos que es también allí donde se descubren y aprenden todos los valores que sus miembros desarrollarán en su comunidad.


Terminemos citando al Papa Francisco: “Cada familia cristiana puede acoger a Jesús, escucharlo, hablar con Él, custodiarlo, protegerlo, crecer con Él, y así mejorar el mundo. La familia de Nazaret nos compromete a redescubrir la vocación y la misión de cada familia, y así convertir en ellas en algo normal el amor y no el odio, convertir en algo común la ayuda mutua, no la indiferencia o la enemistad” (Audiencia general del 17 de diciembre de 2014).

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