lunes, 10 de julio de 2017

EL YUGO DEL AMOR


Domingo 14 del Tiempo Ordinario. Una excelente oportunidad para reafirmar nuestro compromiso cristiano.

Pareciera inaudito: ¿Cómo es posible que un yugo sea "suave", que una carga sea "ligera"?

El "Yugo" es un artefacto, preferentemente de madera, por medio del cual principalmente se une a los animales destinados para el trabajo previo a la siembra (un par de caballos, de mulas o de bueyes), permitiéndoles tirar de un arado, y así poder fracturar la tierra para sembrar.

Tal vez nosotros estemos un tanto ajenos a estas prácticas, pero para un agricultor responsable es muy importante "suavizar" el peso de sus animales, por eso suele agregar a los yugos unas "colleras" rellenas de paja o de lana, de lo contrario, se lastimaría mucho a los animales y no podrían soportar su trabajo adecuadamente.

Cabe añadir, aún, que hay de "yugos" a "yugos", y de "cargas" a "cargas"... así es como se comprende mejor a qué se refería nuestro Señor al decir que su yugo es suave y su carga ligera. Hay otros, muchos muchos otros, que comparados a los que Él nos propone, son muy pesados de llevar, lastiman demasiado, y al término de la jornada, terminarán por hacernos desfallecer...

¿A qué yugo se refiere Jesús? ¿Cuál es su carga?

Los estudiosos de la Biblia coinciden, luego de analizar los Evangelios, en que el "peso" que el Señor nos propone consiste en "amarnos los unos a los otros, como Él nos ha amado" (ver Jn 13, 34). Y esta carga, comparada con otras, sin duda que es ligera... y este yugo, en atención a los demás, es "suave suavecito"...

Habrá quién piense que Jesús, al emitir esta invitación, pensaba sólo en los pobres, en los enfermos, en los menesterosos, en los más privados de los bienes de la tierra... pero no. Sin duda éstos llevan su peso, pero también aquellos que se encuentran "del otro lado", es decir, los ricos, los sanos, los sobrados de bienes, tienen el suyo propio. Pensemos en aquellas familias que cada quincena suspiran porque el sueldo se irá en un minuto a causa de sus deudas, y no saben cómo les alcanzará para llegar hasta la próxima, y repetir incansablemente con esta menesterosa rutina... No tienen pan. Pero pensemos también en aquellas familias donde el pan abunda, donde las jugosas pensiones llegan puntualmente, donde no faltan los bienes, pero hay enfermedad, no hay armonía, hay soledad...

Jesús dijo: "Vengan a mí todos los que se encuentran cansados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Carguen mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave, y mi carga ligera".

¡Ah, y es que para aquellos que no aceptan el yugo del amor, les quedan destinados otros muchos yugos, y con cargas pesadísimas por llevar! El odio, el rencor, la soberbia, la ira, la insatisfacción, la depresión, la violencia, la intranquilidad, el estrés, el desánimo por la vida...

Una última moción. El yugo se lleva "en parejas". Como vemos, Jesús apuesta por la vida comunitaria. Tal vez tendría en mente aquellas hermosas palabras del libro del Génesis: "No es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2, 18).

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