miércoles, 20 de septiembre de 2017
"AUNQUE TIEMBLE LA TIERRA"
Se trata de un extracto del Salmo 45. La Liturgia de las horas lo titula "Dios, refugio y fortaleza de su pueblo":
"Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos, aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob".
El presente post pretende:
1. Confortar a quienes, directa o indirectamente, sufrimos a causa de los presentes y tan sentidos fenómenos naturales.
2. Agradecer a quienes, generosamente, dan de su tiempo y recursos para salvar sobrevivientes o recuperar cadáveres.
3. Exhortar a quienes se aprovechan de las desgracias ajenas para mofarse o hasta para hacerse de "algo extra".
Huracanes, Sismos, Tsunamis... Hay quien les llama "desastres"; otros los consideran, más bien, "purificaciones".
Como sea, vale la pena fijar nuestra atención y afianzarnos en nuestro escudo, en quien es nuestro refugio y fortaleza, en el Dios en quien debemos depositar toda nuestra confianza... ¡Aunque tiemble la tierra!
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