Primer Domingo de Cuaresma: Un buen día para reflexionar en las tentaciones...
Anota San Mateo que, después de que Jesús estuviera cuarenta días y cuarenta noches en el desierto, en ayuno y oración, vino el diablo (el tentador, el acusador, Satanás), y lo puso a prueba con tres tentaciones.
¿Realmente pudo Jesús pasar esta cifra de días con sus respectivas noches sin comer ni beber?
¿Jesús fue tentado solamente en esta ocasión y nunca más "lo visitó" su enemigo hasta que llegara la hora?
¿Qué significado real tiene este triunfo de Jesús sobre el tentador?
Habría que anotar que este pasaje evangélico no debe leerse con carácter "histórico", es decir, no debe ser tomado en sentido literal de los hechos... ningún exegeta (comentador de la Sagrada Escritura), se ha inclinado a pensar que si Jesús estaba "solo en el desierto", alguien más hubiese presenciado el momento y redactase este tipo de "intimidades".
Más bien, habría que pensar que el pasaje de las tentaciones de Jesús en el desierto esconde un mensaje, una enseñanza didáctica sumamente especial. Veamos:
1. Jesús fue tentado por Satanás durante "toda su vida"... quizás sea la razón más importante por la que San Mateo y San Lucas presentan el número tres en las tentaciones, número que tiene siempre una connotación de "totalidad"... tres, recordemos, son también las dimensiones temporales: pasado, presente y futuro.
2. Las tentaciones que padeció Jesús son las mismas que nosotros padecemos: La tentación del placer (las piedras podrían convertirse en pan); la tentación del poder (se le invita a "aparecer" como un Mesías triunfalista); y la tentación del poseer (se le muestran todos los reinos de la tierra).
3. Las tentaciones siempre son un engaño: Aparecen atractivas, pero se esfuman al pecar (recordemos cómo nuestros primeros padres, luego de comer el fruto prohibido que en un principio aparecía "apetecible y codiciable", solo pudieron abrir sus ojos para comprobar que estaban desnudos).
4. Satanás se presenta como "el tentador", pero a lo largo de la vida de Jesús fueron muchas las personas que "lo tentaron": El pueblo, buscando "el pan que no aprovecha" (Jn 6, 14 - 15); Pedro, aconsejándole evitar el sufrimiento (Mt 16, 21 - 23); o los fariseos y saduceos pidiendo "señales milagrosas" para que pudieran creer en Él (Mt 16, 1 - 4).
5. El diablo conoce las Escrituras, y las quiso emplear para apartar a Jesús del plan de la Salvación... pero Jesús, además de conocerlas, las cumple, las hace vida. ¿Notas la diferencia?
Primer domingo de Cuaresma... una muy buena oportunidad para reflexionar en nuestras tentaciones...
¿Las venceremos, como lo hizo Jesús?
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