sábado, 22 de octubre de 2016

MANUAL DEL SACRISTÁN (Décimosegunda Parte)


2. Objetos litúrgicos

a) Las velas

La luz en el altar es símbolo de la luz eterna, de la presencia de Dios en medio de su pueblo, y de alegre festejo por la obra salvadora del Señor.

Las velas deber ser de cera.

No deberían ser artificiales (electrónicas, por ejemplo), ni de parafina (se acabarían demasiado rápido), ni veladoras (a éstas se les dan otros usos).

Otras materias servirán para iluminar el Templo (lámparas, focos "ahorradores", lámparas de led, etc.), pero no para ser signos del altar. La Iglesia quiere excluir, en la medida de lo posible, toda inmundicia de sus celebraciones, y por eso anima a usar los dos combustibles más puros que están a nuestro alcance: para las velas, la cera de abeja virgen; para la lámpara del santísimo, el aceite de oliva.

Conviene poner las velas cerca del altar, en forma simétrica, aunque dependa de la forma y estructura del lugar del lugar su acomodo. Conviene ponerles un capitel, del grosor de la misma, para evitar que la cera caiga, manche los candelabros, o dé un mal aspecto. Cuando haya corrientes de aire, pueden colocárseles protectores de cristal transparente (tipo "bombillas"), las cuales deben ser limpiadas regularmente.

Se usan dos velas en los días ordinarios de feria y las memorias; hay quiénes usan cuatro en las fiestas y domingos ordinarios; seis en las solemnidades, los domingos de los tiempos fuertes (Navidad y Pascua), y en otras celebraciones especiales (como la fiesta Patronal); y siete cuando la Misa es presidida por el Obispo Diocesano.

Las velas se encienden con una candela (una vela más pequeña); es más digno que usar directamente cerillos o un encendedor. Esta velita puede sujetarse a una varilla curvada, ligeramente en su extremo, para encender las velas más altas y / o el cirio pascual. Para encender las velas se hace reverencia al altar, o genuflexión (hincar la rodilla derecha) si al centro se encuentra el Santísimo. Un orden adecuado para comenzar a encenderlas podría ser: primero las del lado derecho, luego las del izquierdo, sin estirarse sobre el altar ni sobre las velas ya encendidas, del interior hacia el exterior. Para apagarlas, empezar por el lado izquierdo, y del exterior hacia el interior.

También puede procurarse de un "capuchón" (apagavelas), que puede estar fijo a un mástil curvado en su extremo, para apagar las velas. No se trata de oprimir, sino sólo de sofocar la llama. Debe comprobarse siempre que no se haya dejado encendido el cirio pascual...

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