viernes, 14 de octubre de 2016

MANUAL DEL SACRISTÁN (Novena Parte)



V. PREPARAR LO NECESARIO PARA LAS CELEBRACIONES

La función del sacristán gira en torno a tener dispuesto y a tiempo todo lo que sea necesario para la Celebración: incienso, misal, vinajeras, cáliz, hostias, vestiduras sagradas, etc.; mantener limpios los candeleros, los floreros, los vasos sagrados, los manteles, etc.; tener velas siempre disponibles y agua bendita de reserva, así como carbón, cuaderno y pluma; encender las velas y disponer de todo lo necesario en el presbiterio: manteles para el altar, Leccionario para el ambón, sillas donde se necesiten, flores frescas y adornos, etc.

Recordemos: Lo más práctico no siempre es lo más fácil, sino lo que logre mejor su finalidad, aunque cueste más trabajo o lleve más tiempo realizarlo. Se debe procurar que los signos sean verdaderos, no fingidos ni superficiales. Por ejemplo: Preferir las flores naturales a las artificiales, las velas o lámparas auténticas a las eléctricas, etc., tratando siempre estas cosas con sencillez y con respeto, pues se trata de cosas sagradas. La Celebración es un momento cumbre y fuente de toda la vida cristiana y apostólica, por eso hay que darle mucha importancia también a la puntualidad.

Sobre todo para los tiempos fuertes (Cuaresma, Pascua, Adviento y Navidad), o las fiestas principales del lugar (Virgen de Guadalupe, Fiestas Patronales, etc.), debe estar preparado todo con tiempo, para prever todo lo que se necesite...

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