lunes, 14 de marzo de 2016

DAR BUEN CONSEJO AL QUE LO NECESITA




“El necio piensa que su camino es justo; 
el sabio, en cambio, sabe escuchar consejos” 
(Prov 12, 15). 

Lalito tiene apenas seis añitos. Vive en la gran ciudad, pero en una colonia muy pobre de la periferia. Sus papás apenas pueden darle lo necesario para vivir.

Los niños como Lalito se juntan todos los días, después de la escuela, para jugar una cascarita en la esquina, junto a la tienda de Don Javier...

Un día, después del juego, a Gilberto, el niño más pícaro de la "banda", se le ocurrió que podrían refrescarse robándole a Don Javier una botella del refri: "Tú distraes al viejito, y yo me llevo el refresco"...

Lalito no quería hacerlo, y es que él había aprendido en el catecismo que no es bueno robar. Por eso, quiso disuadirlos, diciendo: "No hagan eso. Don Javier no tiene la culpa de que nosotros tengamos sed. Él trabaja muy duro en su tienda para poder mantener a su familia".

Algunos de los niños se burlaron de él, pero otros, sintiendo un poco de vergüenza, escucharon su consejo...

Los niños que quisieron robar a Don Javier fueron descubiertos, y les llamaron fuertemente la atención; en cambio, los que escucharon a Lalito se prepararon y disfrutaron de una riquísima agua de melón...
 

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