NUEVOS SANTOS

Este día se anunció que será el próximo martes, 15 de marzo, cuando el Papa Francisco presidirá el Consistorio para la canonización de cinco Beatos, entre los que destacan el niño José Sánchez del Río y la Madre Teresa de Calcuta...

La noticia nos llena de inmensa alegría, pero tal vez no tenemos idea de lo que implica llegar hasta los altares...

Quiero compartir con ustedes, someramente, el proceso de canonización que actualmente consta de cuatro pasos, bien definidos:

1. El Obispo diocesano y el Postulador de la causa presentan a la Santa Sede un informe sobre la vida y virtudes de la persona a la que se desea exaltar. Si el informe consigue "placet", es decir, si después de analizarlo descubren que "nihil obstat" (que nada obsta), se emite el Decreto de introducción de la causa del ahora "Siervo de Dios".

2. Se recogen testimonios acerca de la vida del Siervo de Dios y se analiza la ortodoxia de sus escritos (su apego a la sana doctrina). Al concluir, se elabora un documento (llamado "Positio"), que se discute por teólogos y miembros de la Congregación para las causas de los Santos. Si pasa esta censura, el Santo Padre le nombra "Venerable".

3. Se juntan los testimonios de gracias concedidas, y particularmente de un milagro, que ordinariamente implica la salud de una persona, de forma inexplicable y por la intercesión explícita del Venerable. Después del análisis local, se examina minuciosamente por cinco médicos peritos y ocho teólogos. Aprobado el "milagro", se elabora un Decreto para que el Santo Padre lo apruebe, y se ponga la fecha litúrgica para la ceremonia de exaltación del "Beato".

4. Finalmente, se aprueba, como antes, un segundo milagro (debe ser posterior al ya examinado), y el Santo Padre, durante un Consistorio Ordinario, anuncia a los Cardenales la fecha de Canonización...

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Precisemos: No se es "más santo" antes que después de todo este proceso... lo que varía realmente es la veneración de la persona y el seguimiento de sus virtudes: Local (en la Patria del Siervo de Dios), o Universal (presentado como modelo de toda la Iglesia)...

A fin de cuentas, si se está o no inscrito en el libro "Index ac sancta causarum", lo que realmente importa es que nuestro nombre no pierda su "inscripción" en el Reino de los Cielos (ver Lc 10, 20).