"Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura, pues Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad" (1 Co 5, 6 - 8).
Y para nosotros, ¿Qué será hoy esa levadura que podría echar a perder nuestra masa?
- Tal vez los "chismecitos" con los que solemos llenar nuestros ratos libres.
- Quizá aquellas "canitas al aire", de las cuales muy pocas veces nos sinceramos.
- Tal vez las "mentiritas piadosas" con las que nos libramos de una reprimenda.
- Quizá esos "amiguitos" que después del trabajo nos llevan a lugares no tan apropiados.
- Tal vez los "mensajitos" que ponen en serios problemas a nuestras relaciones.
- Quizá aquellos "gramitos faltantes" en las básculas de nuestros negocios.
- Tal vez los "minutitos de menos" o los "pesitos de más" en nuestros trabajos.
- Quizá aquellas "costumbritas" que han terminado por asesinar nuestra voluntad...
Los cristianos debemos ser panes sin levadura: Hombres y mujeres que luchan día a día por desterrar los vicios y la maldad.
Cuando logremos ser "hostias puras"... ¡Entonces celebraremos auténticamente nuestra Pascua!
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