domingo, 6 de marzo de 2016

DOS TIPOS DE SERVIDORES...


Cuarto Domingo de Cuaresma. La liturgia es muy rica, y hoy la encontramos particularmente llena de imágenes y signos. Internados en este tiempo de ayuno, penitencia y oración, este día se nos invita puntualmente a seguir luchando por nuestro propio camino de Conversión.

El texto del Evangelio, tomado de San Lucas, capítulo 15, con rasgos cromáticos y muy emotivos, nos narra una de las más bellas parábolas que emitiera el Divino Maestro, Jesús de Nazaret.

Algunos autores la han llamado: "Parábola del hijo pródigo"; otros, "Parábola de los dos hijos"; y algunos más, "Parábola del Padre misericordioso"...

Mucho se ha hablado de las actitudes de sus protagonistas (el Padre, el hijo "malo", y el hijo "bueno"), y de los destinatarios de la parábola (los escribas y fariseos, molestos porque Jesús acogía a los pecadores y comía con ellos)... pero casi nunca fijamos nuestra atención en estos personajes secundarios: los trabajadores del Padre.

Quisiera detenerme un poco, y analizar y compartir con ustedes algunas de las características que saltan a la vista respecto a las actitudes que presentan aquellos que nunca se fueron de la casa, y que gozaron siempre de la hospitalidad, providencia y cercanía de su Patrón.

1. Los trabajadores que "escuchan" y "obedecen"

Son aquellos que reciben órdenes y atienden a la voz de su amo. El Padre recibe a su hijo, harapiento, mancillado y hambriento, y sin dejar que termine su discurso prefabricado, ordena a sus trabajadores: "Pronto, traigan la túnica más rica y vístansela; pongan un anillo en su dedo y sandalias en sus pies; traigan el ternero cebado y mátenlo... ¡Hagamos una fiesta!"

Hay gente que vive muy atenta y comprometida en la Casa del Padre... No cuestionan, no protestan, escuchan su voz y atienden al instante sus órdenes. Son personas que acogen, que abren puertas, que introducen y acompañan a los que, presos de sus pasiones desordenadas, han abandonado la Hacienda y aunque sea por causas bastante poco nobles, deciden regresar...

2. Los trabajadores que "meten cizaña" 

Son como aquel criado que aprovecha la ocasión para interrumpir una posible conversión. Recordemos que cuando el hermano mayor volvía del campo, y al escuchar la música y el baile, llamó a uno de los sirvientes para preguntarle qué pasaba... El criado respondió: "Ha vuelto tu hermano, y tu Padre ha mandado matar el ternero cebado por haberlo recobrado con salud".

También existen, entre nosotros, gentes que se comportan así: Viven en la Casa, sirven en la Iglesia, pero siempre se muestran atentos para "envenenar" corazones, y enfrentar con argumentos "ciertos, pero torcidos", a los distintos miembros de la familia...

* * * * * * * * * 

De alguna u otra manera, todos nosotros colaboramos dentro de la Pastoral... todos, quién más, quién menos, estamos "sirviendo" al mismo Patrón... pero hoy es una excelente oportunidad para definirnos como sus criados: atentos y obedientes, o desleales y ponzoñosos...


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