San Pablo, en su Carta a los Filipenses
(Ver Fil 4, 4 - 7), menciona esta palabra, y no sólo como un "bonito
consejo", sino como una "orden" y que espera ser cumplida:
"Hermanos
míos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡Alégrense!"
Y, claro está,
eso se dijo hace casi dos mil años, pero... ¿A quién se le ocurriría ordenarla
hoy?
¿Se podría estar
alegres cuando...
- Vivimos en
medio de la inseguridad, en un país violento y donde prolifera la injusticia,
la impunidad, el desorden y parecen tomar cada vez más espacio el crimen
organizado y el "narco"?
- Pasamos casi
todos los días "sobreviviendo", con deudas eternas, tarjetas
sobregiradas, ganando sueldos miserables y tolerando trabajos insalubres?
- Habitamos una
nación donde hay que pagar por tener casa (predial) y por todos los servicios
que allí se puedan tener: cable, agua, luz, gas, teléfono, internet, etc.; por tener y
manejar un carro (¿De verdad se acabaron las "tenencias"?); y, ¿Qué decir de las fotoinfracciones o las multas por tener polarizados los cristales de nuestros autos?; refrendo
vehicular; cuotas por transitar en autopistas; impuestos por "lujos", como tener mascotas; por trabajar, ya que estás
"aportando para tu futuro", y se te deben descontar los
"impuestos de ley": seguro social, o por si algún día obtendrás un
crédito habitacional (aunque llegues a pagar 3 veces o más el valor real de tu
"huevito"), sindicatos, etc.?
- Contamos con
un gobierno "dudoso" y con muchos "puestos fantasmas";
donde nuestros mandatarios fueron elegidos supuestamente de forma democrática,
y cobrando unos súper sueldos (incluyendo vales sobre vales) y honestamente
poco entregados a su trabajo, sin empeñarse demasiado por servir
desinteresadamente a su País?
- Estamos
convencidos de que el trabajo informal y los artículos piratas son "la
opción" para poder llevar "lo mismo pero más barato" a nuestros
hogares?
- Tenemos miedo
de salir a las calles, porque pululan los malvivientes, los secuestros, los
robos, la prostitución, la trata de blancas, y las violaciones?
- Se está
pugnando por permitir los abortos, los matrimonios homosexuales, la legalización de la mariguana, la eutanacia y todas las demás aberraciones que atentan contra la dignidad y la vida humana?
- Se multiplican
los suicidios, incluso de niños o adolescentes; cuando proliferan las
enfermedades de transmisión sexual, aún cuando se siguen repartiendo
gratuitamente preservativos o se "informe" a los jóvenes en sus
escuelas de tales "riesgos", pero nunca se les "forme" al
respecto; o cuando abundan las enfermedades "mortales y silenciosas", como la diabetes, la hipertensión, la depresión, etc.?
- Ya no cuidamos
nuestra alimentación, y por tal motivo nos hemos convertido en un "País
obeso", donde nos da lo mismo comer cualquier "chatarra"; o si
nuestras verduras ya no alimentan ni aportan nutrientes, ya que están
regadas con agua contaminada o están llenas de pesticidas y trasgénicos, y
nuestras carnes invadidas de clembuterol?
- Nos estamos
olvidando poco a poco de Dios y hasta prohibimos que se hable de Él en nuestras
escuelas, trabajos, o incluso en el hogar; ya no rezamos y nos da lo mismo
faltar a la catequesis o acudir a celebrar nuestra fe cada domingo en la Santa
Misa?
Pues sí... hoy
se nos ordena "estar alegres". Porque esto es posible, y es que si poco
a poco pero constantemente intentamos "darle un vuelco" a cada una de
estas situaciones, lo podremos lograr...
Además, se trata
de "estar alegres en el Señor". San Pablo no nos invita a "reír
alocadamente", sino a experimentar esa "paz que el mundo no
da"... Así, aún en medio de las dificultades de la vida, de la enfermedad
o de la injusticia, será posible estar alegres...
¡Alegrémonos, pues!
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