domingo, 17 de abril de 2016

TENER OVEJAS NO TE HACE PASTOR


Cuarto Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor.

La Liturgia de este día (tan rica, como siempre), nos presenta, entre muchas otras cosas, algunos términos pastoriles... de entre ellos, señalemos dos de los más importantes: 

1. Que Jesús es el Buen Pastor, el que da la vida por sus ovejas... 
2. Que éstas escuchan su voz y... le siguen...

Nosotros, felices "hijos de banqueta", tan ajenos y tan apartados de las realidades nómadas o campiranas, sabemos muy poco realmente del pastoreo, de los rebaños, o de los rediles... sin embargo, sí comprendemos suficientemente que el término "pastor", actualmente, es extensivo a muchas de nuestras realidades:

- Los padres de familia son pastores para sus hijos.
- Los patrones lo son para sus trabajadores.
- Las autoridades gubernamentales para sus gobernados.
- Los catequistas para sus catequizandos...  

Y, en sentido opuesto, las "ovejas" también lo son. Así:

- Los hijos son ovejas para sus padres.
- Los trabajadores lo son para sus patrones.
- Los gobernados para sus gobernantes.
- Los catequizandos para sus catequistas...

Ya habrá oportunidad para entretenerme criticando a las ovejas. En honor del título que ostenta este Domingo Litúrgico, quisiera detenerme hoy en analizar solo a los pastores:

Un pastor, un auténtico pastor, no se conforma con poseer un rebaño. El pastor no es un "asalariado", al que no le importan las ovejas. La labor de éste se reduce a un trabajo que se remunera, por ello si se ve envuelto en algún peligro, corre por su vida, y olvida desamparadas a las que mantenía bajo su cuidado...

Un verdadero pastor no se aprovecha irracionalmente de sus ovejas. No solo las engorda para llevarse con ellas un banquete especial. No las trasquila insensiblemente, con tal de ganarse unos centavos a expensas de su lana...

Un pastor vela por sus ovejas, las alimenta, las cuida, las protege... en una palabra: las apacienta...

Y es que, hay que decirlo con claridad, el simple hecho de tener ovejas no transforma automáticamente al susodicho en un pastor.

Entonces, siguiendo el propuesto esquema, "padre de familia" no es solo el que colabora donando su semilla para engendrar hijos... "patrón" no es solo el dueño de una empresa... "gobernante" no es solo el que ostenta el título y el puesto en las sillas presidenciales, o en los curules de nuestras cámaras... "catequista" no es solo aquel que se para al frente de un grupo para predicar...

¡Ah, los pastores! Solo lo son en la medida del Buen Pastor:

- Padre de familia es, evidentemente, el que engendra, sustenta, educa y acompaña a sus hijos a conseguir sus metas y lograr sus ideales... 
- Patrón es, por supuesto, el responsable de su empresa, el que forma, capacita, certifica y reconoce los logros de sus trabajadores...
- Gobernate es, claro, el que ha sido elegido para ostentar títulos y dirigir una nación, un estado, o un municipio... pero más lo es quien se preocupa por mantener entre los ciudadanos el bien común, por defender las leyes justas, y por proponer iniciativas que contribuyan al bienestar de aquellos que lo han elegido libremente y de forma democrática...
- Catequista es, ciertamente, el que predica o enseña la Palabra, pero no se olvida de preparar sus sesiones, se capacita cada día más y mejor y tiene más que claro que hablar con Dios es primero que hablar de Él a sus destinatarios...

Quizás tú y yo, de alguna u otra manera, fungimos como pastores...


¿Cómo estás viviendo tu misión?

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