martes, 12 de abril de 2016
CAFÉ
Creo que ya me había tardado...
Como sea, quiero dedicar este pequeño escrito a la bebida que se prepara con el grano de los arbustos coffea, de la familia de los rubiáceos... Bueno, en términos más simples: Al café...
Su historia aún está debatida, y aunque no hay datos precisos que demuestren su uso antes del Siglo XV, podemos decir que si fue accidental (según una leyenda, los efectos de este grano fueron "calados" inicialmente por un grupo de cabras que, al probarlas, se pusieron eufóricas), o por razones de necesidad (otra leyenda asegura que fueron los monjes o los sufíes los primeros en degustarlo, con el fin de mantenerse despiertos durante las oraciones nocturnas), su popularidad fue creciendo y hoy podemos gozar de sus múltiples beneficios... sin demasiada censura.
Y es que para los siglos XVI y XVII el debate estaba "ardiendo"... Entre los musulmanes había ciertas dudas de si no sería una bebida tóxica (y debía prohibirse, en acuerdo al Corán), y entre los cristianos de si al tratarse de una bebida de origen pagano, tendría que evitarse. En hora buena por el Papa Clemente VII, pues al probarlo, decidió "bautizarlo": ¡Sería un error dejar sólo a los infieles el placer de tal bebida!
Sus "pro" y sus "contra" no son tan claros. Hay quien dice que tomar más de cuatro tazas al día es nocivo para la salud, también hay quien lo defiende y asegura sus beneficios ante enfermedades como la diabetes, malestares cardiovasculares, cirrosis y hasta cáncer.
Por otro lado, son evidentes sus aportes como estimulante y antioxidante, diurético y analgésico, otorga Energía (2 kcal por cada 100 gramos), Tiamina (Vitamina B1), Riboflavina (Vitamina B2), Niacina (vitamina B3), Ácido Pantoténico (Vitamina B5), Vitamina B6, Vitamina E, Calcio, Hierro, Magnesio, Manganeso, Fósforo, Potasio, Sodio y Zinc.
Acompañado o no, el café es una bebida que simplemente vale la pena probar... ¡Y disfrutar!
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