Capítulo 15 del
Evangelio según San Lucas... la Oveja perdida...
El ambiente de
"ganadería menor" en que el pueblo de Israel solía desenvolverse,
permitía que los contemporáneos de Jesús pudieran entender con mayor precisión sus parábolas.
Nosotros no estamos muy acostumbrados a pastorear ovejas, sin embargo comprendemos bien lo que quiso decir, ya que la tradición nos ha explicado suficientemente lo que hace un pastor, y lo que las ovejas, correspondiendo, hacen.
Si alguno pierde una oveja, va y la busca hasta encontrarla. Si tiene cien, deja a las noventa y nueve seguras, pero se arriesga hasta hallar a aquella que por caminos desconocidos se aventuró. Cuando la encuentra, lleno de alegría, la toma en sus brazos, la carga sobre sus hombros, la cura y, sana y salva, la devuelve a su redil.
Nosotros no estamos muy acostumbrados a pastorear ovejas, sin embargo comprendemos bien lo que quiso decir, ya que la tradición nos ha explicado suficientemente lo que hace un pastor, y lo que las ovejas, correspondiendo, hacen.
Si alguno pierde una oveja, va y la busca hasta encontrarla. Si tiene cien, deja a las noventa y nueve seguras, pero se arriesga hasta hallar a aquella que por caminos desconocidos se aventuró. Cuando la encuentra, lleno de alegría, la toma en sus brazos, la carga sobre sus hombros, la cura y, sana y salva, la devuelve a su redil.
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Esto es lo que experimenta el pastor pero... ¿Qué podría sentir la oveja?
Dejemos que vuele la imaginación. Permitamos que la "loca de la casa" dé unos cuantos pasos de más. Pensemos un poco como "ovejas encontradas". Enumeremos sólo cuatro sentimientos, los más probables que podríamos tener:
1. Tristeza: Por habernos perdido. A veces escuchamos
"otras voces", o seguimos "otros caminos", y nos apartamos
del redil; abandonamos a nuestro Pastor, y sufrimos la soledad y
experimentamos todo lo que significa estar "perdidos".
2. Alegría: Porque Cristo nos ha encontrado. Quizá en nuestra soledad estábamos perdiendo la esperanza, también, y el Divino Maestro ha salido a buscarnos y nos ha devuelto al redil.
3. Gratitud: Por permitirnos volver. El rebaño nuevamente está "completo" y, sin merecerlo, por pura gracia, podemos contarnos nuevamente como miembros del mismo rebaño bajo la tutela y cuidados del Buen Pastor.
4. Arrepentimiento: Porque deseamos no volvernos a perder. El Pastor nos ha "ganado", y reconocemos que sólo aquí, en su redil, se experimenta la paz y la seguridad que tanto anhelamos.
Cristo es el Buen Pastor. Por pura gracia formamos parte de su rebaño... ¡Volvamos a Él!
2. Alegría: Porque Cristo nos ha encontrado. Quizá en nuestra soledad estábamos perdiendo la esperanza, también, y el Divino Maestro ha salido a buscarnos y nos ha devuelto al redil.
3. Gratitud: Por permitirnos volver. El rebaño nuevamente está "completo" y, sin merecerlo, por pura gracia, podemos contarnos nuevamente como miembros del mismo rebaño bajo la tutela y cuidados del Buen Pastor.
4. Arrepentimiento: Porque deseamos no volvernos a perder. El Pastor nos ha "ganado", y reconocemos que sólo aquí, en su redil, se experimenta la paz y la seguridad que tanto anhelamos.
Cristo es el Buen Pastor. Por pura gracia formamos parte de su rebaño... ¡Volvamos a Él!
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