El título del
presente post me parece adecuado, muy apropiado... estoy plenamente de acuerdo
con el enunciado. Creo que debemos pensar más en la muerte para poder así valorar más la vida...
El mundo y sus
locas ideas... siempre nos invita a no pensar en la muerte, y por eso le
guardamos tanto "cariño" a la vida:
- Compramos
cremas para tener una piel más tersa, o para que nos quiten las arrugas.
- Aceptamos
cirugías "estéticas", liposucciones, restiradas, y demás...
- Pagamos implantes
mamarios o de glúteos con el vano fin de lucir más jóvenes y "sexys".
- Buscamos las
inyecciones de botox (toxina botulímica) para evitar las "patitas de
gallo"... y sólo para que nuestra expresión "grite" a todo
pulmón una edad que simplemente ya no tendremos jamás.
- Decoramos los
ataúdes y maquillamos a los muertos.
- Arreglamos los
panteones (incluso les hemos cambiado de nombre: ahora se llaman
"jardínes", "recintos" o "parques funerarios").
- Hacemos dietas
y ejercitamos nuestro cuerpo para evitar que los años pasen, y en ocasiones
dejan funestas consecuencias en nuestra salud o en nuestra figura.
- Compramos
aparatos o suplementos alimenticios (si es preciso de marcas publicitadas en el
televisor), para complementar nuestra ingesta diaria o para conseguir "sin
esfuerzo" lo que más deseamos.
- Además, aunque
siempre pagamos mucho seguimos cobrando poco, y nos endeudamos con tal de andar
al último tono de la moda y aparentar que somos "gente bien"...
Esto no fue lo
que nos enseñaron nuestros padres: aquellas expresiones dolorosas y dramáticas
de la muerte que apreciábamos en los panteones y en las tumbas que los
llenaban, simplemente han desaparecido... ya no se habla de esfuerzo, de
fatiga, de cansancio laboral... se protegen los "derechos" pero se
echan de menos a las "obligaciones"... se pretende permanecer siempre
jóvenes y siempre en este mundo... pero la verdad es otra... la verdad es que
nos equivocamos...
Si pensáramos
más en la muerte, respetaríamos y amaríamos más la vida propia y la de los
demás. Nos esforzaríamos mucho más por consegurir lo que en verdad vale la pena
y dejaríamos a un lado las sutilezas que nos suelen agobiar...
Es frecuente
encontrar en las imágenes o en los cuadros representativos de los Santos una
calavera... y es que ellos sí pensaban en la muerte, y por eso aprovecharon al
100 % la vida presente, sabiéndola caduca, perecedera, finita... Sus
obras fueron buenas, pues los motivaba la vida eterna...
Así es... la
muerte, irremediablemente, más temprano que tarde, nos va a llegar... y aunque
no sabemos el "cuándo" ni el "dónde", sí podemos preveer el
"cómo" la afrontaremos...
¡Si
pensáramos más en la muerte, apreciaríamos más la vida!
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