A unas cuantas horas de celebrar el Duodécimo Domingo del tiempo Ordinario...
Como siempre, la liturgia nos presenta pasajes riquísimos
para reflexionar. Fijaré brevemente mi atención en un párrafo el Evangelio de según San Lucas (Ver Lc 9, 18 - 24):
"Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí
mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar
para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la
encontrará..."
* * * * * *
Según los diccionarios, una paradoja es "una idea
extraña, opuesta a lo que se considera verdadero según la opinión
general". Jesús era experto en plantear paradojas.
Aquí tenemos un buen ejemplo:
El Maestro dice que si alguien quiere "conservar su
vida, la perderá; pero que si alguien la pierde por su causa, la
encontrará"...
¿Qué querría decir con eso?
Probablemente de este texto se podrán hacer muchas
consideraciones, expongamos sólo dos:
1. "Conservar la vida" podría entenderse como
"evitar contratiempos", "huír de los problemas", "no
exponerse a las críticas", "hacer a un lado los malos
entendidos"... En pocas palabras "quedar bien" con todos...
Granjearse amistades "de este mundo"...
2. Perderla, pero por su causa... es decir, por causa de
la "justicia", por causa "del Reino de los Cielos"... Sólo
así vale la pena y es meritorio perderla... sólo así se encontrará...
Como vemos, para Cristo, ganar es "perder",
pero perder es "ganar".
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