“Dichosos los limpios de corazón:
Pues ellos verán a Dios…”
(Ver Mt 5, 8)
Con el paso de los
siglos
De entre todos los mandamientos enumerados en la Ley de
Dios, éste es uno de los que han sufrido más cambios en cuanto a su
enunciación:
En el libro del Éxodo, capítulo 20, versículo 14, se lee:
“No cometerás adulterio”. En el fondo se trata de una transgresión sexual, pero no se lee más que como una corrupción de la alianza matrimonial. Dicho con otras palabras:
Enunciado así, el mandamiento sería para las personas “casadas”, que se han
comprometido en “matrimonio”… la prohibición no “afectaría” a los solteros...
Con el paso del tiempo, se nombró el sexto mandamiento de
otra manera: “No fornicarás”. Sin embargo, enunciado así, el mandamiento
prohibiría las relaciones “extramaritales”; “afectaría” sólo a quienes no se
han casado. Es decir, el polo opuesto a lo anterior…
Comprendiendo esta “aparente dificultad”, la Iglesia lo
ha planteado de otra manera: “No cometerás actos impuros”, englobando así a
todos los hombres y mujeres, casados y solteros. Aunque siempre se ha tratado
de lo mismo: De conservar un corazón puro…
¿Prohibición?
El sexto mandamiento debe entenderse como la prohibición
de aquellos actos que están en contra del sano ejercicio de la sexualidad.
Desafortunadamente, como está expresado en forma “negativa”, muchas personas se
quedan en el campo de la prohibición, y por consiguiente, de la represión…
Sin embargo, este mandamiento nos invita a ver el “lado
positivo y noble” de la sexualidad. Es decir, se trata de un mandamiento
enormemente positivo, lo que se pide es defender al amor, como la fuente de la
vida y la felicidad; se trata de enaltecer a la persona, de mantenerla en su
dignidad, de preservarla de todo lo que pudiera estropear su energía vital…
¿Qué significa ser
“casto”?
Independientemente del estado de vida que se tenga
(soltero o casado), este mandamiento nos invita a vivir la castidad.
El amor es el sentimiento más noble. Es lo único que hace
que la vida, desde su origen, sea sana; que el cuerpo sea vigoroso; que el alma
sea fina.
La persona que se conserva casta (que no se debe entender
“privada de las relaciones sexuales”, sino como quien “integra la sexualidad
dentro de su persona”), es una persona que vive en el amor, que está libre de
egoísmos y del pecado.
Es más fácil para una persona que se mantiene con un corazón
limpio el hacer actos de generosidad y entregarse a los demás, sin
reservas y con alegría.
Este mandamiento es, pues, un “llamado al amor”, es una
invitación generosa a mantenerse “puros de corazón”.
Así lo quiso Dios
Leemos en el libro del Génesis que Dios hizo al hombre
“varón y mujer”, distintos, sí, pero complementarios. Esta es la razón
principal por la que el hombre y la mujer se deben respetar entre sí: son
imagen de Dios.
A diferencia de todos los demás seres creados, el ser
humano es el único ser dotado de inteligencia, libertad, voluntad y capacidad
de amar. Así, su sexualidad no se debe dejar llevar solo por el instinto, la
pasión, sino que ésta debe ser iluminada por el amor. Las dos finalidades
esenciales de una pareja, al ejercer su sexualidad, deben ser la perfección mutua y la
procreación.
Este es el motivo principal por el que las relaciones
sexuales no deberían darse fuera del matrimonio... porque sólo en él se pueden
alcanzar estos dos fines... porque sólo en la vida de familia se puede garantizar
una vida de amor para seres llamados también a amar…
Nada fácil
Para vivir este mandamiento se requiere de constante
esfuerzo. Hoy en día, sumergidos, como estamos, en un mundo permisivo, es muy
difícil conservarse puro… ¡Pero no es imposible!
Debemos entender que no se trata de “reprimir deseos” o
de “evitar impulsos”, se trata de encausarlos adecuadamente. Se trata de vivir
en plenitud, de hacer vida el amor.
¿Qué es lo que
prohíbe el sexto mandamiento?
El sexto mandamiento de la Ley de Dios nos prohíbe todos
los pecados contrarios a la castidad; entre los más graves podemos enumerar:
La masturbación.- Provocar un placer venéreo, estimulando
los órganos genitales con o sin orgasmo.
La fornicación.- Mantención de relaciones sexuales fuera
del matrimonio (también involucra la prostitución).
La pornografía.- Es la descripción de los actos sexuales
por cualquier medio gráfico.
Prácticas homosexuales.- Mantención de actos sexuales
entre miembros del mismo sexo (tanto en hombres como entre mujeres).
Adulterio.- Mantención de relaciones sexuales con
personas distintas a los cónyuges (tanto en hombres como entre mujeres).
Así mismo, toda acción, mirada o conversación contraria a
la castidad.
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