martes, 28 de junio de 2016

SEXTO MANDAMIENTO




“Dichosos los limpios de corazón:
Pues ellos verán a Dios…”
(Ver Mt 5, 8)

Con el paso de los siglos

De entre todos los mandamientos enumerados en la Ley de Dios, éste es uno de los que han sufrido más cambios en cuanto a su enunciación:

En el libro del Éxodo, capítulo 20, versículo 14, se lee: “No cometerás adulterio”. En el fondo se trata de una transgresión sexual, pero no se lee más que como una corrupción de la alianza matrimonial. Dicho con otras palabras: Enunciado así, el mandamiento sería para las personas “casadas”, que se han comprometido en “matrimonio”… la prohibición no “afectaría” a los solteros...

Con el paso del tiempo, se nombró el sexto mandamiento de otra manera: “No fornicarás”. Sin embargo, enunciado así, el mandamiento prohibiría las relaciones “extramaritales”; “afectaría” sólo a quienes no se han casado. Es decir, el polo opuesto a lo anterior…

Comprendiendo esta “aparente dificultad”, la Iglesia lo ha planteado de otra manera: “No cometerás actos impuros”, englobando así a todos los hombres y mujeres, casados y solteros. Aunque siempre se ha tratado de lo mismo: De conservar un corazón puro…

¿Prohibición?
 
El sexto mandamiento debe entenderse como la prohibición de aquellos actos que están en contra del sano ejercicio de la sexualidad. Desafortunadamente, como está expresado en forma “negativa”, muchas personas se quedan en el campo de la prohibición, y por consiguiente, de la represión…

Sin embargo, este mandamiento nos invita a ver el “lado positivo y noble” de la sexualidad. Es decir, se trata de un mandamiento enormemente positivo, lo que se pide es defender al amor, como la fuente de la vida y la felicidad; se trata de enaltecer a la persona, de mantenerla en su dignidad, de preservarla de todo lo que pudiera estropear su energía vital…

¿Qué significa ser “casto”?

Independientemente del estado de vida que se tenga (soltero o casado), este mandamiento nos invita a vivir la castidad.

El amor es el sentimiento más noble. Es lo único que hace que la vida, desde su origen, sea sana; que el cuerpo sea vigoroso; que el alma sea fina.

La persona que se conserva casta (que no se debe entender “privada de las relaciones sexuales”, sino como quien “integra la sexualidad dentro de su persona”), es una persona que vive en el amor, que está libre de egoísmos y del pecado.

Es más fácil para una persona que se mantiene con un corazón limpio el hacer actos de generosidad y entregarse a los demás, sin reservas y con alegría.

Este mandamiento es, pues, un “llamado al amor”, es una invitación generosa a mantenerse “puros de corazón”.

Así lo quiso Dios

Leemos en el libro del Génesis que Dios hizo al hombre “varón y mujer”, distintos, sí, pero complementarios. Esta es la razón principal por la que el hombre y la mujer se deben respetar entre sí: son imagen de Dios.

A diferencia de todos los demás seres creados, el ser humano es el único ser dotado de inteligencia, libertad, voluntad y capacidad de amar. Así, su sexualidad no se debe dejar llevar solo por el instinto, la pasión, sino que ésta debe ser iluminada por el amor. Las dos finalidades esenciales de una pareja, al ejercer su sexualidad, deben ser la perfección mutua y la procreación.

Este es el motivo principal por el que las relaciones sexuales no deberían darse fuera del matrimonio... porque sólo en él se pueden alcanzar estos dos fines... porque sólo en la vida de familia se puede garantizar una vida de amor para seres llamados también a amar…

Nada fácil

Para vivir este mandamiento se requiere de constante esfuerzo. Hoy en día, sumergidos, como estamos, en un mundo permisivo, es muy difícil conservarse puro… ¡Pero no es imposible!

Debemos entender que no se trata de “reprimir deseos” o de “evitar impulsos”, se trata de encausarlos adecuadamente. Se trata de vivir en plenitud, de hacer vida el amor.

¿Qué es lo que prohíbe el sexto mandamiento?

El sexto mandamiento de la Ley de Dios nos prohíbe todos los pecados contrarios a la castidad; entre los más graves podemos enumerar:

La masturbación.- Provocar un placer venéreo, estimulando los órganos genitales con o sin orgasmo.
La fornicación.- Mantención de relaciones sexuales fuera del matrimonio (también involucra la prostitución).
La pornografía.- Es la descripción de los actos sexuales por cualquier medio gráfico.
Prácticas homosexuales.- Mantención de actos sexuales entre miembros del mismo sexo (tanto en hombres como entre mujeres).
Adulterio.- Mantención de relaciones sexuales con personas distintas a los cónyuges (tanto en hombres como entre mujeres).
Así mismo, toda acción, mirada o conversación contraria a la castidad.

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