Despierta, pluma empolvada,
permite a mis dedos aciagos
que hoy te tomen, como antaño...
Gentil coopera... y escribamos:
Ardua tarea nos espera.
El de hoy, es un reto ufano:
Contar la historia de mi vida,
mezcla de pasión... y de barro.
Sobria comienza, sin prisas,
repasa mis días, mis actos,
mis parcos triunfos, mi lira,
mis canas y arrugas... mis callos...
Mucho, en verdad, se ha hecho,
poco, realmente, se ha logrado...
¡Y la lucha sigue! Sin treguas,
sin días de asueto ni letargos.
Escribe, mimada... Hoy me encuentro
más sensible que animado...
He aquí, en tosco resumen,
la cuenta de mis treinta y seis años:
Un eterno "casi" es mi vida.
Creo que así se va mostrando...
Y aunque dé miedo describirlo,
lloro en silencio, por pensarlo.
Yo no sé si será de día
o si la noche, apenas, va llegando...
Sólo sé que, contigo, prefiero
vivir despierto... que soñando...
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