“Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura
y en aprecio ante Dios y ante los hombres…”
(Ver Lc 2, 52)
Los evangelistas nos presentan a Jesús como el centro de
nuestra fe, situado en un contexto sociocultural determinado, que vive en un
lugar específico y que tiene unas relaciones muy concretas con determinados
grupos y personas. Por eso hay que tomar en cuenta la situación geográfica, económica,
social, política y religiosa del tiempo en el que Jesús vivió y realizó su
misión.
Este post, como adelantábamos ayer, complementa
la visión social del pueblo de Jesús, del pueblo donde nació la Biblia.
Ambiente social en
la época de Jesús
En el contexto donde se desarrolló Jesús fácilmente se
podían distinguir cuatro clases sociales:
1. La clase alta.
2. La clase media.
3. La clase baja.
4. Los miserables.
a) La Clase Alta
La formaban tres grupos de personas:
En primer lugar, los herodianos o soberanos de la corte,
los cuales se distinguían por las grandes casas y riquezas que tenían y las
solemnes festividades y juegos de influencia romana, como el ejemplo del hombre
rico que nos señala el Evangelio según san Lucas (Lc 16, 19 – 21).
En segundo lugar, la aristocracia sacerdotal formada por
el sumo sacerdote en ejercicio, los ex sumos sacerdotes, y los sacerdotes que
estaban como jefes del culto, del servicio del templo y de las finanzas. Todos
ellos vivían en medio del lujo y habitaban la zona “residencial” de Jerusalén.
Finalmente estaban los grandes latifundistas,
comerciantes y jefes de cobradores de impuestos (publicanos), como Mateo (Mt 9,
9 - 10). Ellos tenían propiedades en el campo, pero vivían en la ciudad.
En la vida social jugaban un papel importante los
“banquetes”, ya que representaban un aparatoso signo de poder y de prestigio
social.
b) La Clase media
Estaba formada por los pequeños propietarios, los
pequeños comerciantes, los artesanos que trabajaban independientemente y los
sacerdotes “del común”.
Ciertamente ellos no tenían los privilegios de las clases
altas, pero tampoco vivían en la declarada “pobreza”.
c) La clase baja
La inmensa población judía pertenecía a esta clase. La
formaban los obreros y jornaleros de la ciudad, los pequeños comerciantes y los
artesanos de aldea: como los curtidores, los alfareros, los pescadores, los
carpinteros, los pastores, etc.
Todos ellos tenían una economía de mera “subsistencia”.
Apenas podían vivir “al día” con su salario…
d) Los miserables
Finalmente, en Palestina había también gente que vivía en
la miseria.
Entre éstos, hay que mencionar a los mendigos, que debido
a la falta de trabajo o a la enfermedad (leprosos, sobre todo), acudían a
Jerusalén a pedir limosna; y los esclavos, que habían perdido su libertad por
nacimiento o por endeudamiento progresivo...
Conclusiones
Al contemplar cómo Jesús fue un hombre de su tiempo, que
vivió y creció, al igual que nosotros, condicionado y afectado por muchas
situaciones externas, podemos comprender mejor cómo cada uno de nosotros,
estamos llamados a mejorar nuestro ambiente social y desde esa realidad vivir
nuestra fe.
Contestemos, sinceramente:
1.- ¿En qué se parece el ambiente social y cultural del
tiempo de Jesús al nuestro?
2.- En la actualidad, ¿vivimos bajo el dominio de otro
pueblo, u otras culturas nos dominan?
3.- ¿Vivimos nosotros entre castas sociales?
4.- ¿Cómo podemos “convivir sanamente” en nuestra nación
sin oprimir inocentes?