lunes, 4 de julio de 2016

LOS SIETE SACRAMENTOS




“Yo estaré con ustedes,
todos los días, hasta el fin del mundo…”
(Ver Mt 28, 20)

Jesús dijo estas palabras antes de subir al Cielo. Él ya había cumplido el plan encomendado por su Padre, y ahora le tocaba a la Iglesia continuar su obra, pero bien acompañada, pues el Señor había prometido enviar a su Espíritu Santo y con esta cercana presencia de su gracia y de su amor confirmaba su estancia perpetua entre nosotros.

Aún hoy, después de dos mil años, seguimos experimentando su gracia cada vez que recibimos algún sacramento…

¿Qué son los Sacramentos?

Etimológicamente, “sacramento” traduce el término griego “misterion” (“misterio”), y proviene del latín “sacramentum”, derivación del verbo “sacrare” que significa “hacer santo (sagrado).

El Catecismo de la Iglesia Católica nos ofrece una sana definición de “sacramento”:

“Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina” (Ver CEC 1131).

Analicemos brevemente esta descripción.

1. Son signos eficaces de la gracia

Los sacramentos no son “cosas”, sino signos (es decir, “señales”), que nos identifican y nos ayudan a encontrarnos con Cristo.

Así como en la vida diaria utilizamos todo tipo de señales, que realmente son importantes por lo que “está detrás de ellas” y no tanto por lo que aparentan, estos signos son “eficaces” es decir, “logran transmitir su cometido”, es decir, “cumplen” al transmitirnos la gracia.

2. Instituidos por Cristo

Es un principio básico: Los sacramentos encuentran su fundamento en Jesús, nuestro Señor. Algunos de forma directa, otros indirectamente, pero todos ellos han sido previstos como un proyecto de salvación y han sido instituidos por Cristo.

Como se trata de “sacramentos”, de “instrumentos que hacen sagrado” al individuo que los recibe, tienen su origen en quien es el “Tres veces Santo” (Ver Is 6, 3; Ap 4, 8), es decir, en Dios.

3. Confiados a la Iglesia

La Iglesia es la “continuadora de la obra de Jesús”. Es la “dispensadora de todas sus gracias”. Por eso, esta acción santa y santificante ha sido confiada a la Iglesia por el Señor.

Toda persona se comunica o se manifiesta a través del cuerpo. Pues bien, Jesús es una persona que se comunica por medio de su “cuerpo” que es la Iglesia. Con toda propiedad podemos asegurar que Cristo se comunica con los hombres hoy por medio de los sacramentos que ha confiado a su Iglesia, para que los transmita con toda integridad y fidelidad.

4. Por los cuales nos es dispensada la vida divina

Cristo instituyó los sacramentos para comunicarnos su gracia. Así, recibiéndolos, Cristo mismo nos transmite su amor y nos hace “capaces” de vivir una nueva vida, la vida de Dios en nosotros.

El Catecismo de la Iglesia Católica dice:

“Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas” (Ver CEC 1131).  

¿Cuántos son los sacramentos?

Santo Tomás de Aquino, en su “Summa Theologica” afirma:

“Los sacramentos de la Nueva Ley fueron instituidos por Cristo y son siete, a saber: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden sacerdotal y Matrimonio. Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes de la vida del cristiano: Dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la vida de fe de los cristianos. Hay aquí, pues, una cierta semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida espiritual” (Ver S.Th. 3, 65, 1).

Siguiendo esta instrucción, podemos dividir a los sacramentos en:

Sacramentos de iniciación cristiana

- Bautismo
- Confirmación
- Eucaristía

Sacramentos de curación

- Penitencia
- Unción de enfermos

Sacramentos al servicio de la Comunidad

- Orden Sacerdotal
- Matrimonio

De cada uno de ellos hablaremos después…

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