“¿A quién buscan?
Ellos contestaron: A Jesús de Nazaret.
Jesús les dijo: Yo soy…”
(Ver Jn 18, 4 - 5)
Cuando una persona solicita trabajo, o cuando se quieren
dar “referencias” de su vida y obra, se suele presentar un “currículum vitae”.
Son dos palabras latinas, podrían traducirse como:
“carrera de la vida”, describiendo brevemente con ello lo que a lo
largo de la existencia se ha vivido…
Pues bien, parafraseando algunos textos evangélicos, y
conjuntando la información que “sabemos” acerca de Nuestro Señor, vamos a
tratar de redactarlo.
CURRÍCULUM VITAE
Nombre:
Jesús (disculpe la brevedad, antes no se usaban los
apellidos).
Dirección:
Nací en Belén, pero mis padres emigraron a Egipto (Ver Mt
2, 13 – ss). Cuando hubo muerto el rey Herodes, mi padre terreno (a quien de
cariño le llamo “José”) quiso que volviéramos a nuestro lugar de origen, pero
no fue posible (Ver Mt 2, 22)… entonces, nos fuimos a Nazaret (Ver Mt 2, 23).
Sin embargo, si quieres saber dónde vivo ahora, tendría
que responderte que “el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza” (Mt
8, 20).
Teléfono:
En mis tiempos no existían los aparatos electrónicos,
pero… puedes llamarme cuando gustes y pronto te responderé (Ver Rom 10, 13).
Padre:
Bueno… déjame ser preciso. Tengo dos papás. Sí, uno es
Dios (Ver Mc 1, 1), mi Padre del Cielo… otro, como ya te había adelantado, es
“José”, mi padre en la tierra (Ver Mt 1, 16), un carpintero oriundo de Belén y
descendiente del Rey David.
Madre:
María, doncella de Nazaret (Ver Lc 1, 26 – 27).
Hermanos o
hermanas:
En mis tiempos, estos términos eran muy “flexibles”. Con
ellos se podía designar a los parientes o incluso a los paisanos (Ver Mc 3, 31
– 35). Como podrás imaginar, tengo muchos.
Escolaridad:
Las bases de mi educación se las debo a mis padres. Pero
no continué los estudios especializados de la Ley. La gente se pregunta a veces
“de dónde me viene tanta sabiduría” (Ver Mt 13, 54).
Idiomas:
La lengua que hablábamos en mi tierra era el arameo (una
especie de “dialecto” semita). Pero podía leer el hebreo (Ver Lc 4, 16).
También podía platicar con los romanos, quienes hablaban el latín (Ver Mt 8, 5
– 13). En una ocasión, gracias a mis apóstoles Felipe y Andrés, pude también
acercarme a los griegos (Ver Jn 12, 20 – ss).
Salud:
Podría decir que es buena… a veces el trabajo “no me deja
tiempo ni para comer” (Mc 3, 20), pero desde los treinta años me he dedicado de
lleno a proclamar el Reino de Dios, y me conservo activo (Ver Lc 3, 23).
Referencias
personales:
Hay mucha gente que me sigue, y muchos más creen por su
testimonio (Ver Mt 21, 10 – 11). Bastantes personas han visto lo que yo he
hecho, puedes preguntarles con confianza acerca de mí (Jn 18, 19 – 21).
Objetivo:
Mi Padre me ha encomendado una difícil misión: salvar a
los hombres (Ver 1 Tim 2, 4). Yo no quiero hacer mi voluntad, sino la suya (Ver
Mt 26, 39). Y la vida eterna consiste en: “Que conozcan al Dios vivo y
verdadero, y a su enviado, Jesucristo” (Ver Jn 17, 3).
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