miércoles, 13 de julio de 2016

LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO




“Los frutos del Espíritu son:
Amor, alegría, paz, tolerancia,
amabilidad, bondad, fe,
mansedumbre y dominio de sí mismo…”
(Ver Gal 5, 22 - 23)

Frutos

Un fruto, desde el punto de vista de la botánica, es un “órgano que procede de la flor, o de alguna de sus partes, y que contiene las semillas hasta que se maduren y luego contribuye a diseminarlas…”

Así, podemos comprender que los “frutos del Espíritu Santo” pretenden “extender” la semilla del Reino de Dios, primero en quien las recibe, y por él, a todos los hombres.

Frutos del Espíritu Santo

En la teología cristiana se entiende por “frutos del Espíritu Santo”, una serie de hábitos que producen alegría en quien los practica y es extensiva para quien los comparta.

Los frutos son producto de los dones del Espíritu Santo, y aunque la Carta a los Gálatas enumera sólo nueve, la tradición ha acuñado los siguientes doce:

1. Caridad (también llamada “Amor”)

Siendo el mejor y el más perfecto de los dones o carismas (Ver 1 Co 13), se enumera como el primero de los frutos del Espíritu Santo. Se entiende como el “acto de amor que se tiene por sobre todas las cosas a Dios, y como complemento de éste, el amor al prójimo y a uno mismo”.

2. Gozo (también llamado “Alegría”)

Se entiende como el “reposo o contento que se encuentra en el goce de los bienes poseídos”, sean espirituales o materiales.

3. Paz

“Estado de serenidad, de tranquilidad o de quietud, contrario a la angustia, la guerra o la violencia de cualquier tipo”.

4. Paciencia (también llamada “tolerancia”)

En un “estado que modera la tristeza”. Se entiende como una sana “aceptación de las diversidades”, sean de cualquier ámbito: social, económico, político, etc.

 5. Longanimidad (también llamada “perseverancia”)

Es una gracia especial que “impide el aburrimiento o la pena que proviene del bien que se espera o de la lentitud o duración de un mal que se sufre o padece”. Quien lo posee actúa con “alma grande”.

6. Bondad

Se trata de la “dulzura o rectitud de ánimo”; se entiende como “inclinación que nos lleva a ocuparnos de los demás y a participarles de lo que uno tiene”.

7. Benignidad (también llamada “amabilidad”)

Es la gracia que nos lleva a “relacionarnos y tratar a los demás con gusto, cordialmente, y con alegría”. Se entiende como la “capacidad o potencia de ser amados por los demás”.

8. Mansedumbre

Nos ayuda a “refrenar la ira y tener dulzura en el trato con el prójimo”. Es una forma de templanza y evita todo movimiento desordenado de resentimiento ante el comportamiento de los demás.

9. Fe

Se trata de la “exacta fidelidad en el cumplimiento de lo prometido”. Es una gracia especial que nos ayuda a “permanecer siempre fieles” en lo que hemos asimilado como verdadero, justo y honesto.

10. Modestia (también llamada “dominio de sí mismo”)

Se entiende como la “moderación o control que se ejerce sobre uno mismo”, evitando la “rienda suelta” ante lo que se experimenta o se vive.

11. Continencia (también llamada “templanza”)

“Modera los deleites de los sentidos”. Gracia especial que nos ayuda a sabernos contener ante lo que se nos presenta como “agradable pero perjudicial” (cualquier repetición de actos que podría convertirse en vicio).

12. Castidad

Se entiende como la virtud que nos ayuda a “moderar los sentimientos impuros”, y a vivir en plenitud según el estado que se ha escogido como vocación. 

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